El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, hizo un llamado urgente a la acción este miércoles al presentar sus prioridades para 2025 ante la Asamblea General. En un discurso cargado de referencias simbólicas, Guterres comparó los desafíos globales actuales con el mito de Pandora, identificando los conflictos, las desigualdades, la crisis climática y la tecnología descontrolada como «los cuatro males» que amenazan el desarrollo sostenible y, potencialmente, la existencia humana.
Guterres destacó que, a pesar de la gravedad de la situación, hay motivos para la esperanza, afirmando que «tenemos los planes para afrontar estos retos». Insistió en que no es necesario «reinventar la rueda», sino ponerla en movimiento.
En el ámbito de Oriente Medio, el Secretario General observó que la región está en medio de un proceso de remodelación, aunque no se sabe qué forma tomará este cambio. Cuestionó si se avanzará hacia un acuerdo de paz basado en una solución de dos Estados entre Israel y Palestina o si se producirá una anexión que ignora los derechos del pueblo palestino. Sin embargo, expresó optimismo por las negociaciones en Gaza que están cerca de alcanzar un alto el fuego y la liberación de rehenes.
Guterres también se refirió a la situación en Siria, donde la posibilidad de establecer un futuro inclusivo y pacífico para las distintas comunidades del país parece viable tras años de conflicto. En Líbano, destacó la elección de un nuevo presidente después de más de dos años de estancamiento como un posible signo de estabilidad.
El Secretario General no escatimó en advertencias sobre la necesidad de resolver conflictos globales como el de Ucrania, Sudán, Haití y Yemen, enfatizando la inclusión de las mujeres en los procesos políticos y de paz.
Sobre el tema de las desigualdades, Guterres indicó que son un claro reflejo de fallos en los sistemas sociales y económicos actuales, subrayando la urgencia de aumentar la financiación destinada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Abogó por un enfoque en la erradicación de la pobreza, la seguridad alimentaria, la educación de calidad y la protección social, entre otras áreas críticas.
El impacto de la industria de los combustibles fósiles también fue objeto de sus críticas. Guterres lamentó que esta industria obtenga beneficios de los contribuyentes mientras provoca desgracias entre la población, especialmente entre los más vulnerables. Reiteró la necesidad de que los países desarrollados cumplan su promesa de aumentar la financiación para la adaptación climática.
Por último, el Secretario General abordó el tema de la inteligencia artificial, subrayando la responsabilidad de hacer que esta revolución tecnológica beneficie a toda la humanidad y no solo a unos pocos privilegiados. Propuso la creación de un Panel Científico Internacional Independiente y un Diálogo Mundial sobre la gobernanza de la IA para asegurar un desarrollo ético y seguro de esta tecnología.
Al concluir su discurso, Guterres evocó el mito de Pandora para recordar que, a pesar de los retos, solo queda una cosa en la caja: la esperanza. «Trabajaremos para levantar la tapa de esa esperanza», afirmó, invitando a construir un mundo más justo y próspero en el 80 aniversario de la ONU.
Fuente: ONU últimas noticias