El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, hizo una grave advertencia este jueves sobre el futuro del régimen de no proliferación nuclear a nivel mundial. Según Grossi, si este sistema se debilita, el número de países con armamento nuclear podría aumentar de nueve a «25 o 30». Así lo afirmó en una entrevista con Noticias ONU, donde destacó que el régimen de no proliferación es un pilar esencial de «confianza y previsibilidad» en un entorno global cada vez más fragmentado.
Grossi subrayó la eficacia del sistema actual, que ha logrado que muchas naciones con la capacidad tecnológica para desarrollar armas nucleares se hayan «abstenido de hacerlo». Sin embargo, también indicó que este asunto tiene «una moneda con dos caras». Por un lado, los países sin armas nucleares deben seguir comprometidos a no desarrollar dicho armamento. Por otro, aquellas naciones que sí disponen de armas atómicas tienen una responsabilidad mayor en cuanto a controlar su proliferación.
El director general hizo hincapié en que las potencias nucleares no solo deben evitar la proliferación «horizontal», sino también avanzar hacia la «reducción y eventual eliminación» de sus arsenales nucleares. Reconoció que alcanzar este objetivo en un mundo donde «el conflicto, en lugar de decrecer, aumenta», no es una tarea fácil.
Estas declaraciones llegan en un contexto en el que varias naciones con capacidad nuclear han mostrado signos de una nueva carrera armamentística, insinuando incluso la posibilidad de reanudar ensayos nucleares.
Por otro lado, Grossi abordó la situación crítica de las Naciones Unidas, manifestando su apoyo a las declaraciones del actual Secretario General, António Guterres, sobre la delicada situación financiera de la organización, que apunta a una posible «bancarrota». Afirmó que el «diagnóstico del Secretario General es correcto» y consideró fundamental una «profunda reforma» en la ONU para responder adecuadamente a los desafíos actuales.
El director general del OIEA también enfatizó la necesidad de que quien asuma el cargo de Secretario General tenga como prioridad recuperar la confianza perdida, manteniendo un «diálogo abierto, claro, franco y honesto» con los grandes contribuyentes. Esto, según Grossi, es vital para revertir la crisis de fondos que afecta a la organización internacional.
Fuente: ONU últimas noticias





