Que nadie piense, sin embargo, que estas magnitudes señalan nada preocupante, no sólo por el volumen facturado (514,9 millones de euros, un 6% más) sino porque el descenso proviene de un origen que, en el fondo, no es sino el principio del afianzamiento del negocio. Y es que Bernie Ecclestone tuvo que abrir el bolsillo para que las principales escuderías no acabasen formando su propio campeonato y por lo que desembolsó, se estima, unos 100 millones de euros a Ferrari, McLaren, Renault y Toyota entre otros.
El automovilismo de primer nivel sigue siendo un gran negocio.
Vía: Cinco Dias.