En Málaga se está viviendo unos días muy especiales, porque comienza la época de renovar abonos y parece que la ciudad tiene fiebre de fútbol, porque se han hecho colas alrededor del Estadio de la Rosaleda por ver a la temporada que viene al conjunto dirigido por Manuel Pellegrini.
Los aficionados del equipo andaluz no han dudado a pasar horas y horas en la calle esperando que abrieran las oficinas para renovar su asiento, no sea que alguien se lo quitara. El conjunto malagueño ha pasado de ser un club humilde, donde era un milagro pagar las nóminas a final de mes, a un club con excesos, donde fichar a jugadores como Baptista, Demichelis o el fichaje estrella de esta temporada, Ruud Van Nistelrooy es algo normal, y todo por los jeques árabes.
La verdad que la inyección de dinero que ha venido desde fuera, le ha venido muy bien al Málaga porque ha reactivado las ilusiones por ver fútbol de primera, ahora hay que esperar que no sea «comida de hoy, hambre para mañana».
