El Sevilla llegó a Estambul con ganas de demostrar que sigue siendo ese equipo que maravillava a Europa en la UEFA, y así comenzó el guión, controlando el partido ante el respeto de los turcos, pero se olvidó de jugar por las bandas, una de sus virtudes.
Pero a pesar del dominio español, el Fenerbahce se adelantó rematando sólo Kezman en el area una falta y ante la pasividad de la defensa sevillista. Entonces volvió a tocar el Sevilla que obtuvo pronto el empate después de un centro de Alves y una carambola con Edú que introdujo el balón en su portería. Aún así en la primera parte aún le tocaría sufrir y se llevó el empate al descanso gracias a otra magistral parada de Palop.
En la segunda parte el Sevilla salió con el mismo dibujo, dominaba el centro del campo, no usaba las bandas y fallaba en defensa y así de nuevo a balón parado se adelantaron los turcos por las facilidades de la zaga sevillista. Minutos después fueron los turcos los que se durmieron en defensa para que Escudé a la vez que lesionaba involuntariamente a Roberto Carlos consiguiera el empate.
Al final un golpe de suerte dió la victoria a los turcos que visitarán el Pizjuán con buenas opciones de pasar. El Sevilla por su parte no se trae un resultado nefasto pues los golos en campo contrario en caso de empate valen dobles y les valdría ganar por 1-0 ó 2-1 para ganar.