Espíritu de lucha: la historia de Aston Martin en la alta competición

Aston Martin es una de las marcas de coches más conocidas a nivel mundial. A lo largo de su historia, ha tenido gran importancia en el mundo de las carreras consiguiendo importantes victorias en competiciones como Le Mans o el mundial de Resistencia. Desde sus inicios en en 1913, Aston Martin ha estado estrechamente ligada al mundo de la competición deportiva.

Para el próximo año 2021, la marca da el salto a la Fórmula 1, un regreso que se produce tras más de 60 años fuera de la competición más desafiante del mundo.

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Pero hagamos un repaso a su historia dentro de las competiciones del motor para ver la importancia de esta marca en este deporte.

Años 20

Desde sus primeros días al frente de la firma, el cofundador de Aston Martin, Lionel Martin, soñaba con poner el nombre de la empresa que había creado con su socio Robert Bamford en el campo de las carreras de Grandes Premios.

El nombre Aston Martin se había establecido en los circuitos de montaña de Gran Bretaña y el propio Lionel tuvo un éxito notable al volante de su propio automóvil, pero sabía que las carreras competitivas de Grand Prix por toda Europa traerían la fama que ansiaba para su compañía.

Al comienzo de los ‘Locos años 20’, ese sueño se hizo realidad cuando Martin conoció a un joven piloto de carreras, el Conde Louis Zborowski. Este, hijo de un conde polaco y una heredera estadounidense, tenía una sed insaciable de velocidad y un fuerte anhelo por los deportes de motor.

Con una fortuna que en la actualidad le clasificaría cómodamente como multimillonario, Zborowski tenía amplios recursos a su disposición que, junto con su conocimiento existente de Aston Martin como conductor de algunos de los primeros corredores de la marca, le dieron la confianza para encargar no uno sino dos coches de carreras a la empresa británica.

Trabajando codo con codo con Lionel Martin y su equipo, lograron un plan para construir dos coches que les permitieran competir en el evento TT (Tourist Trophy) de la Isla de Man en 1922. Zborowski invirtió alrededor de £ 10.000 en el proyecto, una pequeña fortuna en ese momento, y el dinero se destinó no solo a los coches, sino también a la creación de un motor de carreras de cuatro cilindros y 16 válvulas absolutamente innovador.

El primer coche Aston Martin Grand Prix, con esta unidad de 1.486 cc, tenía alrededor de 55bhp a 4.200 rpm. El automóvil pesaba 750 kg, tenía una velocidad máxima de 85 mph y llevaba dos asientos, uno de ellos para hacer sitio al mecánico de conducción, que era un miembro esencial del equipo, entre otras cosas porque parte de su trabajo era presurizar el tanque de combustible mediante una bomba manual.

Increíblemente, al menos para los estándares actuales, el automóvil fue conducido por carretera hasta los circuitos de carreras en los que compitió.

Como siempre ocurre con Aston Martin, este motor tiene una historia detrás. Mientras que los motores de carreras de 16 válvulas habían sido desarrollados con éxito durante algunos años por marcas como Peugeot, Bugatti o A.L.F.A., se cree que la génesis del motor Aston Martin es considerablemente más colorida.

Clive Gallop, amigo íntimo y compañero de carreras del conde Zborowski, conocía al ingeniero de Peugeot, Marcel Gremillion. El talentoso francés había sido alumno del gran diseñador de motores Ernest Henry, que trabajaba ahora en Ballot.

Gremillion persuadió a Henry para que le explicara los detalles del motor Ballot de 3.0 litros. Sin embargo, Henry no estaba por la labor, y rompió los planos donde estaban los dibujos del motor por la mitad. Gremillion los cogió y adaptó en la mitad inferior de cámara única de Bamford & Martin, 16 válvulas.

Por lo tanto, con un modelo partido en dos del 3.0 litros diseñado por Henry se convirtió en el modelo Bamford & Martin de cámara única, 16 válvulas, 1.5.

Debut en el Grand Prix

Si bien los chasis TT1 y TT2 estaban destinados a competir en el evento Tourist Trophy el 22 de junio de 1922, el equipo no pudo cumplir con los plazos y no llegaron a tiempo. En su lugar, se decidió estrenar estos coches en el Gran Premio de Francia de 2.0 litros el 15 de julio en Estrasburgo, marcando así el debut de Aston Martin en la competición del Gran Premio.

Zborowski estaba al mando de TT1, con Len Martin como su mecánico, mientras que Clive Gallop pilotaba TT2 asistido por el mecánico H.J. Bentley.

Inevitablemente, como resultado de la falta de potencia debido a que la capacidad del motor era más pequeña que la requerida para la carrera, junto con su desarrollo apresurado y la necesidad (por regla) de llevar lastre, ambos coches se retiraron por problemas en el motor. Pero la experiencia fue lo suficientemente estimulante para que el equipo, con base en Abingdon Road (Kensington) continuara la aventura del Gran Premio.

Los coches TT continuaron desarrollándose con el tiempo y en los meses y años siguientes lograron varios podios, incluido un segundo puesto en el Gran Premio de Penya Rhin de 1922, disputado en el circuito de Villafranca. El equipo repitió posición en el mismo evento del año siguiente; y quedó tercero en el Gran Premio de Boulogne, también en 1923.

La prematura muerte de Zborowski en 1924, casi inevitablemente al volante de un automóvil de carreras, marcó el comienzo del fin de la primera incursión de Aston Martin en el deporte de motor de primer nivel y pasarían otros 20 años antes de que la marca volviera a las carreras de Grand Prix.

Años 40

Si bien técnicamente no es un evento de «máxima categoría», el Gran Premio de Automóviles Deportivos de Bélgica de 1946 es digno de mención en el contexto de la historia de Aston Martin en los circuitos de.

Los primeros deportes de motor de la posguerra en toda Europa fueron un asunto algo orgánico para los estándares actuales de tecnología de punta y desarrollo. Muchos de los coches que competían, menos de un año después de que terminara la Segunda Guerra Mundial, no eran -lógicamente-, completamente nuevos.

Los corredores del Aston Martin ‘Speed Model’ de antes de la guerra todavía eran competitivos, por lo que no fue una sorpresa ver a un ahora famoso modelo deportivo de 2.0 litros Aston Martin de 1936 competir en el Grand Prix de coches deportivos de Bélgica de 1946, que tuvo lugar el 16 de junio en el autódromo temporal adyacente al Bois De La Cambre, Bruselas.

Al volante de este evento estaba uno de los personajes más icónicos que jamás se hayan asociado a la marca: St John Ratcliffe Stewart Horsfall, o «Jock», como era popularmente conocido.

Nacido en una familia acomodada con seis hijos, Jock se inició en el mundo de la automoción y adquirió su primer Aston Martin en 1934, con solo 24 años. Siendo un corredor de bolsa de éxito, Horsfall se convirtió rápidamente en parte de la «familia» de Aston Martin y ayudó significativamente a la marca con el desarrollo y las pruebas.

Durante la guerra sirvió en el MI5 y entre sus variadas funciones estaba la de llevar en coche a los oficiales y agentes de la agencia, agentes dobles y espías enemigos capturados de un lugar a otro a toda prisa. Horsfall tenía astigmatismo y miopía, pero se mostraba reacio a usar gafas. Aún así, gracias a sus grandes dotes al volante, conseguía ser uno de los mejores en su trabajo.

Jock también participó en las pruebas de seguridad de emplazamientos navales y aeródromos y estuvo al tanto de una gran cantidad de información altamente clasificada. Ciertamente, su actividad «secreta» más famosa fue su papel como conductor en la Operación Carne Picada, un engaño exitoso de las fuerzas del Eje para ocultar la invasión aliada de Sicilia en 1943.

Curiosamente, se cree que esta operación secreta se inspiró en un memorando que detalla las tácticas de engaño del enemigo escrito en 1939 por el contralmirante John Godfrey, director de la División de Inteligencia de la Royal Navy, y su asistente personal, el teniente comandante Ian Fleming.

En el Grand Prix de coches deportivos de Bélgica, el propio vehículo de Jock tomó la bandera a cuadros por delante de un grupo de competidores de Frazer Nash, BMW y Alvis. Una victoria notable para una máquina «vintage».

El coche de carreras estaba propulsado por un motor de árbol de levas en cabeza de cuatro cilindros de 1.950 cc que producía alrededor de 125 CV y pesaba alrededor de 800 kg. Con una carrocería abierta «Ulster Style», dos asientos y alas separadas, podría alcanzar los 120 mph.

Sin embargo, la victoria en Bélgica no fue la mayor de las hazañas de Horsfall. Eso llegó tres años después, cuando quedó segundo en su clase y cuarto en la general en la carrera de 24 horas de Spa de 1949 como piloto privado al volante de un Aston Martin Speed Model. Lo que hace que este logro sea tan notable es que, si bien tenía a Paul Frère disponible como copiloto, Horsfall decidió conducir el automóvil durante las 24 horas completas con una sola mano.

Lamentablemente, Horsfall murió poco más de cuatro semanas después en un incidente de carrera en el Trofeo BRDC de 1949, celebrada en Silverstone (Reino Unido). Sin embargo, su posición dentro de las filas de propietarios y fans de Aston Martin se puede medir, entre otras cosas, por el hecho de que el Club de Propietarios de Aston Martin organiza un evento anual de carreras en su memoria: el Trofeo St. John Horsfall Memorial.

Años 50

La década de los 50 fue una época emocionante para Aston Martin. El propietario de la empresa, Sir David Brown, que había adquirido el negocio en 1947 antes de agregar la marca Lagonda ese mismo año, estaba creando constantemente coches deportivos británicos de cada vez más atractivos y eegantes.

Sir David reconoció la importancia del automovilismo para el éxito comercial de la marca y, en 1955, ideó un audaz plan para desarrollar coches que se enfrentarían a las mejores máquinas, tanto en el Campeonato Mundial de Automóviles Deportivos, como en el relativamente nuevo Campeonato del Mundo de Fórmula 1.

Los libros de historia se centran en los famosos logros del DBR1 ganador de Le Mans, y el DB3S que lo precedió, pero la aventura inicial en monoplazas, DP155, podría verse como un valioso ejercicio de aprendizaje para la marca, y fue el precursor de los coches Grand Prix de finales de la década de 1950. Paralelamente a este proyecto, Sir David inició el trabajó en un nuevo motor y un nuevo diseño de automóvil de carretera que se convertiría en el DB4.

Fue entonces cuando nació el Aston Martin DBR4. Probado ya en 1957, no fue hasta 1959 cuando el automóvil hizo su debut en el evento del Trofeo Internacional BRDC, llevado a cabo según las reglas de la Fórmula 1, en Silverstone en mayo de ese año.

Compitieron dos coches de Aston Martin y el automóvil no. 1, conducido por el ganador de las 24 Horas de Le Mans Roy Salvadori, llegó en un meritorio segundo puesto pordetrás de Jack Brabham, que conduciía un Cooper-Climax T51. Impulsado por un motor RB 250 de seis cilindros y cárter seco de 2.493 cc, con el mismo diseño básico que el motor de automóvil deportivo DBR1, el DBR4 / 250 era un monoplaza con estructura espacial de 256 CV que pesaba 575 kg.

A pesar de ser impulsado por algunas de las e estrellas de la época, Salvadori y Carroll Shelby entre ellos, el DBR4 con motor delantero estaba fuera de sintonía con la nueva competencia con motor central y no logró reflejar en la Fórmula 1 lo que “su primo” DBR1 logró en la famosa la arena de los autos deportivos. Después de un debut decepcionante para su sucesor, el DBR5, Aston Martin se retiró del automovilismo monoplaza de primer nivel en 1960.

2010

En años más recientes, y después de una ruptura de casi medio siglo, las alas de Aston Martin regresaron a los paddocks de Fórmula 1 en todo el mundo cuando la compañía se convirtió en patrocinador principal y socio técnico de Red Bull Racing, una relación que también ha dado lugar a lo extraordinario. El hipercoche Aston Martin Valkyrie, que entrará en producción en 2021.

La marca está ahora preparando un regreso a la parrilla en 2021 con el Aston Martin F1TM Team, que verá a Aston Martin competir en una carrera de F1TM por primera vez en más de 60 años y continuará el legado creado por los fundadores Lionel Martin y Robert Bamford.

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