La representante especial sobre la violencia sexual en los conflictos, Pramila Patten, presentó este martes al Consejo de Seguridad el informe anual del Secretario General sobre esta preocupación crítica, destacando la urgente necesidad de apoyar a los sobrevivientes en zonas donde los servicios son cada vez más inaccesibles. La situación se ha agravado, con más de 4600 casos reportados en 2024, lo que representa un aumento del 25% en comparación con el año anterior. Patten subrayó que estas cifras son solo la punta del iceberg, pues reflejan únicamente los casos que han sido verificados por la ONU.
La violencia contra los niños ha aumentado un 35%, afectando incluso a menores de un año. El informe examina 21 situaciones preocupantes, resaltando que los números más altos se encuentran en la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Haití, Somalia y Sudán del Sur. Entre las tendencias alarmantes mencionadas, se destaca que las mujeres y niñas refugiadas y desplazadas enfrentan riesgos especialmente altos, la inseguridad alimentaria incrementa la vulnerabilidad, y los grupos armados utilizan la violencia sexual como herramienta para controlar territorios y recursos, además de reclutar combatientes.
Patten también hizo hincapié en que el gasto militar global en un solo día supera los presupuestos anuales destinados a abordar estas violencias. Los recortes han cerrado refugios y agotado suministros esenciales en crisis como las de Sudán, Ucrania, Etiopía y Gaza. «Si nos tomamos en serio la paz, debemos financiar a las instituciones que la hacen posible», expresó, enfatizando la necesidad de que los delincuentes sean llevados ante la justicia.
Finalmente, la representante destacó que su Oficina busca promover el cumplimiento de las normas, mejorar la prestación de servicios y fortalecer las salvaguardias contra la impunidad. Preside también una red interagencial denominada UN in Action, que ha podido llegar a miles de sobrevivientes en 18 zonas de conflicto, evidenciando que cualquier retroceso en las inversiones y en el respeto de las normas no solo traicionaría a las víctimas, sino que alentaría aún más a los perpetradores a continuar con sus actos.
Fuente: ONU últimas noticias