En 2024, el uso de internet entre las personas con discapacidad en la Unión Europea ha mostrado una tendencia positiva, aunque las cifras aún revelan una brecha significativa. Según los últimos datos, el 82,3% de los individuos con discapacidad severa había utilizado la red en los últimos doce meses. Este porcentaje se eleva al 89,0% entre aquellos con discapacidad moderada y alcanza el 95,2% para quienes no presentan ninguna discapacidad. Esto establece una diferencia de 12,9 puntos porcentuales entre los grupos más vulnerables y aquellos sin limitaciones.
Un análisis más profundo de las actividades realizadas en línea muestra que, a pesar de los obstáculos, la búsqueda de información relacionada con la salud es una de las principales actividades de los usuarios con discapacidad. El 50,9% de las personas con discapacidad severa recurrieron a internet para este fin, cifra que se incrementa al 59,1% para quienes tienen discapacidad moderada y que supera levemente al 58,4% de las personas sin discapacidad.
Los servicios de banca en línea también muestran diferencias notables. El 51,0% de las personas con discapacidad severa utilizó esta opción, en comparación con el 59,6% de quienes tienen discapacidad moderada y el 69,3% de aquellos sin discapacidad. Estas cifras apuntan a un acceso y uso más limitado entre las personas con mayores dificultades.
El aprovechamiento de internet para actividades de aprendizaje es aún más desalentador: solo el 19,5% de las personas con discapacidad severa declaró haberlo usado para esta finalidad. Por el contrario, el 27,1% de los moderadamente discapacitados y el 35,8% de aquellos sin discapacidades se registraron en esta categoría.
En el ámbito de las telecomunicaciones, la situación es más optimista, aunque también presenta disparidades. Más de la mitad de las personas con discapacidad severa (55,6%) ha utilizado internet para realizar llamadas telefónicas o videollamadas. Este número se incrementa notablemente entre los moderadamente discapacitados (64,7%) y se sitúa en un robusto 75,3% para quienes no tienen discapacidad.
Estos datos destacan no solo el progreso en la inclusión digital de las personas con discapacidad, sino también la necesidad de seguir trabajando para cerrar la brecha existente. A medida que la sociedad avanza hacia un entorno más digital, es crucial que se garantice un acceso equitativo para todos los segmentos de la población, especialmente aquellos que enfrentan mayores desafíos.