En 2022, la Unión Europea contabilizó 2,03 millones de empresas culturales, lo que representa el 6,3% de todas las empresas dentro de su economía empresarial, que incluye sectores como la industria, la construcción y los servicios de mercado. Estas empresas generaron un notable valor añadido de 199.000 millones de euros, contribuyendo así con un 2,0% al total del valor añadido en la economía empresarial de la región.
Entre los países de la UE, los Países Bajos se destacaron como líderes en la proporción de empresas culturales, alcanzando un 11,0% del total de su economía empresarial. Les siguen Suecia con un 10,8%, y más atrás se encuentran Eslovenia y Lituania, ambas con un 8,9%, así como Austria con un 8,1%. Por otro lado, hay seis países europeos donde las empresas culturales representan menos del 5% del total. En Bulgaria y Eslovaquia, este porcentaje se sitúa en un 3,1%, mientras que en Polonia es del 4,3%. Grecia, Dinamarca y Rumanía marcan cifras similares, rondando el 4,7% y 4,8%.
Un análisis más exhaustivo revela que más de un cuarto de las empresas culturales de la UE se dedicaron a actividades creativas, artísticas y de entretenimiento, alcanzando un 27,4% del total. Las áreas de publicación y arquitectura también jugaron un papel significativo, contribuyendo con un 14,9% y un 14,6%, respectivamente, al valor añadido del sector cultural.
La estructura del empleo en este sector resalta la importancia de las pequeñas y medianas empresas (PYMES). En 2022, un 78% de los trabajadores en empresas dedicadas a la creatividad, el arte y el entretenimiento estaban empleados en microempresas. Un 11,6% se encontraba en pequeñas empresas, y el 6,5% en medianas. Solo un 3,9% de los profesionales del sector trabajaban en grandes empresas, lo que pone de manifiesto el predominio de las estructuras más pequeñas en el ámbito cultural.
Estos datos subrayan el impacto significativo y la relevancia que tienen las empresas culturales en la economía de la UE, así como el carácter predominantemente pequeño de las empresas que las componen. Mientras que algunas naciones se benefician de una mayor proporcionalidad de estas empresas en su economía, otras se enfrentan al reto de fortalecer este sector en un contexto económico en evolución.