El partido se presentaba complicado desde el punto de vista táctico dado el planteamiento de los dos equipos, pero pocas quinielas baticinaban un 0-0 en el marcador del Camp Nou. Todos esperabamos al menos un gol una genialidad de Messi a pase de Iniesta o una arracanda potente de Drogba, pero ninguna de ellas llegó aunque la del jugador marfileño estuvo a punto.
No llegaron los tantos por la confluencia de dos factores: el constante ataque del Baarça en el campo del Chelsea y el sólido muro que el equipo inglés edifició delante de su portería. A pesar de que Guus Hiddink diga que su equipo también es ofenviso, anoche demostró su caracter eminentemente defensivo, a no ser que pensemos que la coyuntura le obligó a serlo.
Desde el comienzo del encuentro los de Pep Guardiola intentaron llegar a la portería y marcar algún gol, algo a los que nos tienen acostumbrados, pero esta vez no fue tan fácil. Sus intentos se quedaban una y otra vez en la maraña de jugadores que protegían la portería, Xavi estaba casi invalidado por un marcaje que ejerció de su sombra, y las oportunidades pasaban por Yaya Touré e Iniesta, que poco a poco fue zafandose de Ballack. Messi tampoco tuvo una de sus noches y la presencia de Bosingwa en su nuca permanentemente tampoco facilitó las cosas. Soberbio estuvo es jugador congoleño nacionalizado portugués en su misión de parar a la pulga.
Así pues, el Chelsea no podía crear oportunidades porque prácticamente no tuvo el balón, y el Barça era incapaz de materializar las suyas. Defensivos contra ofensivos, era lo que se podía esperar. Sin embargo un fallo en defensa de Márquez en el minuto 39 casi rompe el esquema del partido porque el balón fue aprovechado por Drogba que se tiró hacia la portería del Valdés y le obligó a hacer una doble parada que levantó al Camp Nou, de esas que quedan para el recuerdo. Puede que el de Hospitalet sea muy cuestionado pero cuando se le necesita está y que que forma.
El inicio de la segunda parte fue de locura, una borágine de acontecimientos que ralentizó ritmo del partido y perjudicó los intereses del barça. Hasta pasado 60 aproximadamente la situación no se normalizó. Primero, un choque de Alex con Henry dejó al francés con la cabeza llena de pajaritos. Cuando todavía revoloteaban por su cabeza llegó el gran susto, el de Marquez que cayó al suelo tras sufrir un dolor en la rodilla cuando avanzaba el solo con el balón. Ya no se pudo levantar y se lo llevaron en camilla hasta los vestuarios con un pronóstico no demasiado alagüeno que luego se confirmó: rotura del menisco externo de la pierna izquierda. El mejicano se perderá el resto de la temporada. A este problema se añade la amarilla a Puyol por la que se perderá la vuelta en Londres. Guardiola tendrá que inventar una nueva defensa.
Las últimas oportunidades del partido salieron de las botas de Bojan y Hleb, que entraron por Eto’o y Henry, respectivamente, pero ninguna de ellas fue bien aprovechada.
Así pues, todo se decidirá el próximo 6 de mayo en el partido de vuelta en Stamford Bridge en el que el Chelsea desplegará todas sus armas en casa para ganarse un hueco en la final. La misión del Barça será evitarlo.
Barcelona: Valdés, Alves, Márquez (Puyol), Piqué, Abidal, Xavi, Touré, Iniesta, Messi, Eto’o (Bojan) y Henry (Hleb).
Chelsea: Cech, Ivanovic, Terry, Alex, Bosingwa, Mikel Obi, Ballack (Anelka), Essien, Lampard (Belletti), Malouda y Drogba.
Imagen: FcBarcelona.cat