Ya avisamos ayer que los peores lobos son los que tienen piel de cordero y que eso de que el Salzburgo venía a «hacer lo que podían» no era más que un cuento. Vino a comerse a Caperucita como ya se comió a la abuela, en el papel de la Lazio, en la primera jornada de Europa League.
El Villarreal no el mismo de otras ocasiones, algo sucede en el seno del Submarino amarillo, sin embargo creaba ocasiones y juego, aunque no llegaba a finalizar. Si a eso sumamos un penalti que el señor Costas Kapitanis no pitó, obtenemos el marcador a cero. El lobo feroz si tuvo más tino, cosa que sumada a su superioridad física hizo que poco a poco fuera recorriendo el caminito hacia la portería de Diego López. Su estrategia pasaba por buscar continuamente a su delantero Janko y en el 21 la estrategia funcionó y el gol entró.
La misma dinámica hubo durante todo el partido hasta que casi rozando el final Tchoyi, que fue una pesadilla para los laterales por su fortaleza física, hizo el 2 – 0. Los de Valverde quedan terceros en su grupo, empatados a puntos con la Lazio, la otra víctima del que ayer fue su verdugo.
Red Bull Salzburgo: Gustafsson, Sekagya, Shiemer, Ulmer, Schwegler; Afolabi, Pokrivac, Svento (Opdam, m.86), Leitbeg (Cziomer), Tchoyi y Janko (Zickler).
Villarreal: Diego López, Gonzalo, Angel, Marcano, Gonzalo (Senna), Capdevila; Cazorla, Bruno, Eguren, Cani (Escudero); Rossi y Llorente (Nilmar).
