El partido de anoche es un ejemplo claro que el fútbol en muchas ocasiones no es justo, porque se podía pensar que el Sevilla podía ganar el partido, de hecho sobre el papel y antes de comenzar el encuentro, era el claro favorito, pero después del primer tiempo sensacional que hicieron los hombres de Michel, el 2-0 que acabaron los 90 minutos fue más que injusto, además con este resultado los de Manolo Jiménez ya miran a la final de la Copa del Rey, eso sí, que no se fíen porque en el Coliseo Alfonso Pérez ya se vio una remontada histórica al Barcelona de Frank Rijkaard.
El Getafe salió al campo con un descaro impresionante, tocando el balón y buscando la portería rival, de hecho el Sevilla solo sabía pegar pelotazos arriba y quitarse el muerto, el dueño del balón y del centro del campo eran los azules, que tuvieron varias oportunidades de abrir el marcador, pero Parejo no pudo batir a un acertado Palop, que volvió hacer gala de porqué es titular en el Sevilla.
Tan mal se veía al Sevilla en el centro del campo que Manolo Jiménez decidió meter a Romaric y quitar a Negredo en el minuto 35 de partido, un cambio que pocos entendieron pero que le salió redondo, porque con Luis Fabiano solo arriba tuvieron las oportunidades, el brasileño se encontró muy agusto y pudo marcar más, pero Ustariz puso una mano increíble, al final, casi en el descanso puso el 1-0 en el marcador.
La mala suerte del Getafe fue tan grande, que el segundo gol llegó en propia puerta de Mario, en un tacón casi imposible, pero que dejó la eliminatoria muy de cara al Sevilla y a los jugadores de Michel muy hundidos, porque con el gran partido realizado se fueron de vacía a casa.
