La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una herramienta fundamental en la práctica médica cotidiana en Europa, apoyando diagnósticos y aliviando la carga administrativa de los profesionales de la salud. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre la falta de una normativa legal y ética robusta que regule el uso de estas tecnologías, lo que plantea riesgos significativos para pacientes y personal médico.
Un nuevo informe regional de la OMS revela que la expansión de la IA en el ámbito sanitario europeo se lleva a cabo sin las redes de protección legal básicas que son necesarias para garantizar la seguridad de los pacientes y del personal de salud. El documento señala que, aunque 32 países han adoptado diagnósticos asistidos por IA, especialmente en áreas de imagen médica, y que un número significativo ha implementado chatbots para la atención de pacientes, la regulación no avanza al mismo ritmo que la tecnología.
Uno de los puntos críticos abordados en el informe es la ausencia de responsables claros cuando las tecnologías de IA causan errores o daños. La OMS advirtió que factores como la falta de estrategias definidas, la privacidad de datos y la falta de inversión en la alfabetización en IA son obstáculos importantes. El director general de la OMS para Europa, Hans Kluge, enfatizó que sin un marco adecuado, existe el riesgo de que las inequidades en el acceso a la salud se profundicen.
El informe es el resultado de encuestas realizadas en 50 de los 53 Estados miembros de la región y refleja una transición hacia modelos de salud más digitales, aunque con desigualdades marcadas en infraestructura y recursos. A pesar de que la mayoría de los países reconoce el potencial de la IA, solo un puñado tiene una estrategia nacional específica para su implementación en el sector salud.
Además, el estudio subraya que casi el 90% de los países consultados mencionan la incertidumbre legal como el principal obstáculo para la adopción de la IA. En este contexto, se destaca la importancia de un Plan de Acción que garantice una adopción segura y equitativa de tecnologías digitales en salud, lo que requiere una gobernanza sólida, liderazgo y formación adecuada para los profesionales de la salud.
La OMS también destacó la falta de una definición aceptada a nivel global de lo que constituye la IA, lo que complica su regulación y uso efectivo. El informe menciona que a pesar de los avances significativos en la implementación de IA desde 2010, especialmente durante la pandemia del COVID-19, existen grandes disparidades entre los sistemas de salud de los países europeos.
El documento identifica tres preocupaciones centrales en la aplicación de la IA en el ámbito sanitario: la seguridad del paciente, el acceso equitativo y la privacidad digital. La OMS instó a los países a desarrollar estrategias que alineen la IA con los objetivos de salud pública, fortalecer los marcos legales, y asegurar que la atención sanitaria siga centrada en las necesidades de las personas. Kluge concluyó que la forma en que se aborde la IA en el presente determinará su impacto futuro en el sector salud.
Fuente: ONU últimas noticias





