Como pocas veces sucede, al Barcelona se le escapó el resultado sobre el final. En el partido inaugural del grupo H, el Milán visitaba al conjunto Español en busca de llevarse, aunque sea, un empate. Sin Ibrahimovic ni Robinho, sus posibilidades se veían muy disminuidas.
Sin embargo, el estadio local se paralizó antes del primer minuto de juego cuando Pato, el delantero Brasileño que formo dupla en ataque con Cassano, se lanzó en velocidad y luego de superar a Seydou Keita con suma facilidad definió entre las piernas de un Valdés muy desprotegido por su última línea. Así, el Milán, de forma sorpresiva, se ponía en ventaja a través de uno de los goles más rápidos de la competencia.
A partir de ese momento el Barcelona tomo la posesión del balón, como suele hacerlo, y tuvo la paciencia suficiente para que en el minuto 35 apareciese Messi para driblear a varios rivales y enviar un centro raso, cuando la pelota parecía pérdida, y finalmente Pedro empuje el balón al fondo del arco rival.
Ya en la segunda parte, en el minuto 50 tuvo su oportunidad David Villa con un tiro libre cercano a Abbiati, y no falló. Con un efecto perfecto, superó la barrera del conjunto milanés y puso a su equipo 2 a 1 en ventaja.
De vuelta, el Barcelona siguió con su libreto clásico. Poseer el balón, cuidarlo, no arriesgarlo y prácticamente no rematar al arco rival a menos que la situación fuese nítida, y ahí es donde fallo, ya que no pudo anotar ningún gol más pese a toda la posesión que tuvo, de un 70% de forma aproximada sobre el 30% de su rival.
La falta de concreción del Barcelona dejó el resultado abierto hasta los últimos minutos, pese a que el Milán estuvo largos ratos sin siquiera tocar el balón ni acercarse a Víctor Valdés. Y sobre la hora, ya cumplido el primer minuto de suplemento, apareció Thiago Silva para conectar con un buen cabezazo entre varias defensas de blaugranas un córner desde la derecha enviado por Clarence Seedorf.
Lejos de merecerlo, el Milán se lleva un empate que puede valerle la clasificación, incluso siendo este el primer partido de los que debe disputar. El Barcelona obtiene un saldo negativo pese a su gran dominio del encuentro, humillando al conjunto visitante en gran parte del mismo que se limitó a ver como su rival manejaba el balón de un lado hacia el otro sin poder siquiera hacerle una pequeña cosquilla.
Y cuando digo saldo negativo no es sólo por dejar dos puntos increíbles, sino porque Andrés Iniesta se fue lesionado (entró Fabregas para reemplazarlo en el primer tiempo), y además, porque acumula su segundo empate consecutivo tras el pardo liguero de la última jornada contra el Real Sociedad por 2 a 2.
Mucho premio para el Milán, poca recompensa para el Barcelona. Ahora más que nunca el partido de la revancha será especial, con la posible participación de Ibrahimovic y la espinilla que se tendrá que sacar el conjunto culé tras este tedioso empate inicial.