El Real Madrid y el FC Barcelona se tendrían que relajar y mucho, porque tantos partidos juntos están sirviendo para que se cree un odio difícil de superar, además de eso se está convirtiendo una auténtica guerra, tanto dentro como fuera de los terrenos de juego.
Hacía años que no vivía unos enfrentamientos tan «animales» entre estos clubs, y es que parecía que habían llegado a respetarse hasta tal punto que podían ser «amigos», pero estos tres partidos han vuelto a destapar un odio, difícil de cubrir.
No sé si la culpa de todo esto la tiene Mourinho o la prepotencia, como dicen algunos, que tiene el Barcelona, pero está claro que las denuncias en los despachos se tendrían que quitar, puesto que esto es pasajero y no se va a ningún lado, y más cuando pensamos que las dos aficiones tiene ultras. Unos ultras que estaban muy calmados y en segundo plano, y que pueden volver a aparecer por desgracia del fútbol