El trabajo de cuidados no remunerado y mal pagado sigue recayendo de manera desproporcionada sobre las mujeres y las niñas en todo el mundo. Los datos indican que ellas dedican 2.5 veces más horas al día a esta labor en comparación con los hombres, lo que limita su capacidad para ejercer plenamente sus derechos y oportunidades a lo largo de sus vidas. En algunos países, el valor monetario del trabajo no remunerado de las mujeres podría superar el 40% del Producto Interno Bruto (PIB), según ONU Mujeres.
En una reciente declaración por el Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo, la agencia de la ONU resaltó que las mujeres más marginadas, incluidas las que viven en situación de pobreza, las migrantes y aquellas que laboran en el sector informal, son las que asumen la mayor parte de este trabajo no remunerado. Además, se estima que el 80% de los trabajadores domésticos remunerados a nivel mundial son mujeres, lo que plantea interrogantes sobre la equidad y los derechos humanos en este ámbito.
ONU Mujeres subrayó que esta situación no solo es una cuestión de derechos humanos, sino también un factor crucial en la perpetuación de la desigualdad de género y la pobreza. La agencia enfatizó la necesidad de que los gobiernos reconozcan la desconexión entre lo que es esencial para el bienestar social y económico y lo que realmente se prioriza en sus políticas y presupuestos. Invertir en sistemas integrales de cuidado no solo beneficiaría a las mujeres, sino que también fortalecería a las comunidades y a las economías en general.
Las proyecciones sugieren que, con las inversiones adecuadas, podrían crearse hasta 300 millones de empleos relacionados con el cuidado para el año 2035. En este contexto, ONU Mujeres ha señalado avances significativos en América Latina, donde países como Brasil, Chile, Colombia y Panamá han aprobado leyes para establecer sistemas nacionales de cuidados.
Como ejemplos de buenas prácticas, se destaca el uso en Kenia de datos de su primera encuesta nacional sobre el uso del tiempo para desarrollar una política nacional de cuidados. También se mencionan iniciativas en Filipinas para proteger los derechos de los cuidadores, en España para crear un nuevo modelo de atención a largo plazo, y el trabajo colaborativo en Canadá para ofrecer un sistema de cuidado infantil accesible y de calidad.
A pesar de estos logros, queda mucho por hacer. ONU Mujeres ha instado a los países a implementar medidas audaces y transformadoras basadas en los derechos humanos para reformar los sistemas de cuidado. Además, hizo un llamado para promover estos sistemas como parte fundamental del desarrollo social, proponiendo romper con la división del trabajo de cuidado que históricamente ha sido infravalorada y basada en el género. Este enfoque buscará construir sociedades y economías más equitativas y sostenibles para el futuro.
Fuente: ONU últimas noticias