En el año 2023, el gasto total en beneficios de protección social en la Unión Europea alcanzó los 4.583 mil millones de euros, según estimaciones preliminares. Este aumento del 6,1% en comparación con 2022 refleja un crecimiento continuo en la inversión social, aunque como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) de la UE, representa una leve disminución de 0,1 puntos porcentuales, situándose en el 26,8%.
Los datos, publicados recientemente por Eurostat, forman parte de las estimaciones tempranas sobre el gasto en protección social proporcionadas por los países reportantes de manera voluntaria, bajo el Sistema Europeo de Estadísticas Integradas de Protección Social (ESSPROS). Estos informes son fundamentales para entender la estructura y los cambios dentro del sistema de protección social en Europa.
El análisis por países revela que Francia, Finlandia y Austria lideran en términos de porcentaje del PIB dedicado a beneficios de protección social, con cifras del 31,3%, 31,2% y 29,7% respectivamente. En contraste, Irlanda, Malta y Estonia presentan los porcentajes más bajos, con 12%, 13,2% y 15,3% respectivamente.
En todos los países de la UE, las prestaciones relacionadas con la vejez y los cuidados por enfermedad son las principales categorías de beneficios de protección social, seguidas por prestaciones por discapacidad, supervivencia, familia/niños, desempleo, vivienda y exclusión social no clasificada en otras categorías.
Durante 2023, todos los países de la UE que proporcionaron estimaciones experimentaron un aumento en el gasto en beneficios de protección social. Los incrementos más notables se registraron en Eslovaquia (+18,9%), Polonia (+18,4%) y Hungría (+15,2%). Por otro lado, los aumentos más modestos se observaron en Dinamarca (+2,3%), Italia (+3,5%) y Estonia (+3,8%). Estas cifras resaltan la variabilidad en la respuesta de los sistemas de protección social dentro de la Unión Europea ante distintos desafíos económicos y sociales.
A medida que los países continúan adaptándose a las necesidades cambiantes de sus poblaciones, el seguimiento de estas estadísticas es crucial para facilitar la planificación y asignación de recursos, asegurando el apoyo adecuado para quienes más lo necesitan.