Cierto es que antes de ver el partido creía que el FC Barcelona iba a dar un «chorreo» al Chelsea, pero nada más lejos de la realidad. Aunque el comienzo del equipo español ha sido muy bueno, se ha ido perdiendo su claridad de juego en la telaraña tejida por el Chelsea. El equipo inglés sabedor de su potencial físico ha ido ahogando poco a poco las intentonas blaugranas, esperando siempre esa oportunidad ratonera, que Drogba a tenido al final de la primera parte, haciendo grande a Valdés que ha sacado a relucir sus reflejos.
La segunda parte ha sido otra historia, ha estado marcada por parones en el juego por faltas, lesiones y picaresca. A estas alturas del partido el Barcelona ya había caído en la trampa inglesa, además ha tenido que lidiar con el infortunio de la lesión de Márquez, que según se prevee se perderá lo que resta de temporada (duro revés para sus aspiraciones), además pierde a Puyol para la vuelta de las semifinales de Champios League, lo que deja bastante mermada la defensa, ya que obligará casi seguro a Guardiola a poner a Abidal de central o sacar a Cáceres, algo poco probable por su corta progresión en lo que va de temporada.
Me quedo bastante sorprendido con el equipo inglés, que ha sabido emplear sus armas, parando a Messi con Bosingwa, desquiciando Malouda a Alves, y con el incansable centro del campo y el saber hacer de Drogba, que han secado a los jugones para acabar disponiendo incluso de ocasiones para ganar un partido en el que siempre renunciaron al balón.
Al final el equipo español incluso se puede dar por satisfecho, pues no ha encajado ningún gol, lo que hubiese sido un duro golpe para sus aspiraciones y ahora le toca jugárselo todo en terreno del Chelsea, donde se espera otra dura batalla, pues la eliminatoria se ha converdido en una partida de ajedrez que por ahora queda en tablas.