Dice un refrán «que nunca es tarde si la dicha es buena», pero en esta ocasión no se puede decir lo mismo, puesto que creo que la destitución de Pedja Mijatovic llega excesivamente tarde, entre otras cosas porque dentro de pocos meses llega un nuevo presidente y no creo que cuente con el actual director deportivo.
El gran problema de Ramón Calderón fue seguir apostando en Mijatovic después de ver que en los primeros dos años había confeccionado una plantilla mediocre, además que no conseguía que fuera bien recibido en muchos clubs de europa, por lo que no podía negociar, e incluso creo que mucha gente se reía cuando le llevaba el montenegrino, pero a pesar de eso el ex-presidente seguía contando con él.
Otras de las cosas que perdió Mijatovic en el Madrid fue el honor, la palabra, eso que es tan importante para las personas, aunque para otros es el dinero, porque él aseguró una y otra vez que se iría cuando el presidente se fuera, cuando Ramón Calderón abandonara, él por respeto seguiría su camino, pero lejos de eso ha aguantado con Boluda a la espera del despido y conseguir el finiquito, que es lo que realmente le ha interesado durante estos años donde ha ensuciado la imagen y para muchos ha dejado de ser el heroe de Amsterdam para ser el «marioneta» que hundió al equipo blanco.
