El Banco de Ayudas Técnicas (BAT) ha ampliado su red de cobertura en Bizkaia con la incorporación reciente de los ayuntamientos de Trapagaran y Lemoiz, junto con la OSI Ezkerraldea-Enkarterri-Cruces, a la que pertenece el Hospital Universitario de Cruces. Con esta integración, ya son 26 los ayuntamientos y 9 las entidades asistenciales que participan en este proyecto, que ofrece artículos de apoyo a personas en situación de necesidad.
El BAT, impulsado por la Fundación Bultzatu, ofrece dos líneas de actividad diferenciadas: el BAT Municipal y el BAT Asistencial. La primera permite que cualquier ayuntamiento del territorio incluya la provisión de ayudas técnicas entre sus servicios municipales, colaborando estrechamente con los servicios sociales y de atención ciudadana. De esta manera, se gestionan las solicitudes de ayuda de los vecinos que la necesiten, financiándose principalmente a través de aportaciones de los propios ayuntamientos.
En contraste, el BAT Asistencial se enfoca en aquellos colectivos más vulnerables, respondiendo a las necesidades detectadas por las entidades asistenciales que colaboran con el proyecto. Garantiza que los individuos en estas circunstancias puedan acceder a productos esenciales que no podrían obtener de otra manera. Este servicio se financia actualmente a través de subvenciones privadas, y se busca incrementar los fondos destinados a asegurar su continuidad.
El BAT es un proyecto sin ánimo de lucro, pionero en su ámbito, que se especializa en garantizar el acceso rápido a artículos de apoyo para quienes los requieren, priorizando a las personas en situaciones más críticas. Su funcionamiento se basa en la reutilización de productos usados, que son recogidos, reacondicionados y prestados de manera solidaria, además de contar con una amplia colaboración en redes de entidades y asociaciones comunitarias.
El servicio integral del BAT se ocupa de la gestión de solicitudes, contando con la ayuda de una terapeuta ocupacional que prescribe los artículos necesarios, facilitando así un acceso rápido y adaptado. Los beneficios van más allá del acceso a estos productos, ya que mejoran la autonomía, los cuidados en el hogar y el bienestar físico y emocional de las personas en situación de dependencia. Además, la existencia de un servicio especializado contribuye a aliviar la carga de cuidado sobre sus familias y optimiza los recursos sociales y sanitarios disponibles.