El mundo del deporte se sigue jugando el Masters Series de Madrid, la selección de fútbol sala avanza hacia la final del Mundial de Brasil y la selección nacional de fútbol juega esta noche su partido contra Bélgica para la clasificación del Mundial de Sudáfrica 2010, sin embargo el tema del que todo el mundo habla tiene que ver con el Atlético de Madrid.
El mundo del deporte casi al completo se ha volcado con el equipo rojiblanco ante la excesiva y desproporcionada sanción que ayer les impuso el tribunal de la Uefa con referencia al partido frente al Olympique de Marseille. Las reacciones en la directiva no se han hecho esperar y no piensan quedarse de brazos cruzados ante algo que consideran una injusticia. Enrique Cerezo, el presidente del Atlético de Madrid, acusa al equipo francés de presentar el informe lleno de plazo y a la Uefa considerar nulo los informes de los delegados de seguridad, de la uefa y del acta arbitral.
La sanción está plagada de irregularidades. En palabras de Cerezo: «La sanción supone indignación y sorpresa para nosotros, porque dicha resolución se basa únicamente en un informe del Olympique de Marsella, que llegó a Michel Platini, tras pasar por varias instituciones políticas francesas, lo que compone una versión muy particular de los hechos, ya que se realizó atendiendo a artículos de opinión y cartas de aficionados franceses, pero sobre todo fuera del plazo de 24 horas posterior al partido».
El presidente del club insiste en que no existieron gritos racistas en ningún momento, y tampoco en los minutos 10, 20 y 30 como dicen los jugadores del Olympique. En los vídeos del partido se puede comprobar este hecho y cómo los aficionados gritan «kun, kun, kun» o silban ante una entrada al jugador, pero en ningún momento emiten insultos racistas. De hecho, Vitorino Hilton, jugador del Marseille ha reconocido que no hubo tales insultos.
En cuanto a la seguridad en el estadio y la organización, Cerezo vuelve a recordar que los informes de la Uefa fueron totalmente favorables, y quiso dejar claro que las cargas policiales nada tienen que ver con el Atlético de Madrid y que, de todas formas, los policías respondieron a los ataques iniciados por los aficionados del equipo francés.
El detonante parece que fue la retirada de una pancarta en la que aparecía una calavera, símbolo prohibido por la Uefa. La policía obedeció al reglamento y se limitó a retirarla, cosa que no sentó demasiado bien a los hinchas. «Aunque la Policía no hubiera retirado la pancarta se nos habría sancionado igual, porque la calavera hubiera estado ahí luciendo todo el partido», cuestionó.
Con todos estos datos quiso transmitir tranquilidad a los aficionados colchoneros, mostrando sus esperanzas de que el recurso que mostrarán este domingo les dará la razón y podrán jugar, al menos, el partido contra el Liverpool en el Vicente Calderón, porque celebrarlo en otro lugar sería un trastorno para todos: jugadores, aficionados e incluso para la propia Uefa.
El club ya ha recibido apoyo del propio Liverpool CF, de la autoridades policiales y políticas, incluso del presidente del Gobierno.
