El final de año trae consigo reflexiones sobre avances y deseos. En este contexto, el Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco, respaldado por Smurfit Westrock Nervión, ha realizado una encuesta a 650 personas con discapacidad con el objetivo de comprender sus expectativas y prioridades de cara al año 2026. Los resultados revelan que, tras el deseo de una buena salud, el empleo se posiciona como la segunda gran aspiración.
De acuerdo con el «6º informe Discapacidad y expectativas para el nuevo año», el empleo se ha consolidado como la verdadera clave para lograr autonomía económica y una participación plena en la sociedad. Sin embargo, aún enfrentan significativos obstáculos. Muchos encuestados expresan preocupación por el impacto de la inteligencia artificial en sus oportunidades laborales y, a pesar de encontrar trabajo, existe una palpable desconfianza sobre la estabilidad de su situación profesional.
A lo largo de los últimos años, se ha visto una mejora en la tasa de empleo de las personas con discapacidad, que ha descendido de más del 22% en 2021 a menos del 20% en 2023. No obstante, este progreso es insuficiente, ya que la mayoría de los empleos se encuentran todavía en el ámbito protegido, con un alarmante 74,5% de trabajadores con discapacidad adscritos a Centros Especiales de Empleo, mientras que solo el 25,5% logra integrarse en el mercado laboral ordinario.
La encuesta también destaca que, aunque un 35,5% de las personas con discapacidad en edad laboral tiene un empleo, un 65,7% no trabaja ni busca trabajo, subrayando la brecha existente en comparación con el 78,5% de las personas sin discapacidad. Además, se ha observado que la falta de formación y acceso a oportunidades educativas son barreras que perpetúan esta desigualdad.
Los deseos para 2026 no solo se centran en obtener un empleo, sino en que este sea estable y satisfactorio. Alrededor del 66,9% de los encuestados anhelan un contrato indefinido, mientras que la misma proporción busca un salario justo y competitivo, evidenciando una necesidad de estabilidad económica y un ambiente laboral positivo.
Un hecho que resalta la discriminación que sufren también es el de que el 83,6% de los encuestados siente que su discapacidad ha influido negativamente en sus oportunidades laborales, y un 52% ha experimentado discriminación en su puesto de trabajo actual. Por tanto, los procesos de selección inclusivos y justos son más necesarios que nunca para revertir esta tendencia.
La encuesta también reveló que la figura del líder ideal entre personas con discapacidad se caracteriza principalmente por la empatía (86,6%), seguida de la humildad y la justicia, lo que resalta la importancia de un ambiente laboral humano y equitativo.
Mientras que el empleo es el principal anhelo de las personas con discapacidad para el futuro, lo cierto es que también enfrentan desafíos desalentadores, como la automatización y la falta de inversión en habilidades tecnológicas que les permitan adaptarse a un mercado laboral en constante evolución. Este dualismo de deseos y temores pone de relieve la necesidad de avanzar hacia una inclusión real y sostenible, donde el empleo no solo sea accesible, sino también un catalizador para el bienestar integral.





