En 2023, el 8,1% de las personas menores de 65 años en la Unión Europea vivían en hogares con una intensidad de trabajo muy baja. Estos hogares se caracterizan por que sus miembros en edad laboral trabajaron solo hasta un 20% de sus horas laborales totales posibles en el año anterior, lo que refleja una situación preocupante en términos de empleo y bienestar económico.
Los datos revelan que las regiones con mayores porcentajes de personas de 0 a 64 años que habitan en estos hogares están en Francia. En Guyane, un 41,7% de la población se encuentra en esta situación, seguida de La Réunion con un 22,5%. Alemania también presenta cifras alarmantes con Bremen, donde un 21,8% de la población joven enfrenta esta realidad. A esa lista se suman otras regiones como la provincia de Hainaut en Bélgica (21,5%) y Campania en Italia (21,2%).
Por el contrario, la situación es notablemente más favorable en otras partes de Europa. El registro más bajo se encuentra en la región de Bucureşti-Ilfov en Rumanía, con solo un 0,7% de su población en hogares de muy baja intensidad laboral. Otras regiones austríacas como Salzburgo (0,8%) y Tirol (1,1%) también reportan cifras bajas. A esto se añaden Bratislavský kraj en Eslovaquia (1,3%) y el región de Nord-Est en Rumanía, con un 1,7%.
Estos datos resaltan importantes disparidades regionales en la Unión Europea, evidenciando la necesidad de intervenciones específicas que aborden la precariedad laboral y promuevan la estabilidad económica en las áreas más afectadas. La comparativa entre regiones sugiere que el bienestar laboral no es homogéneo y que existen múltiples factores que inciden en la capacidad de trabajo de los ciudadanos europeos.