En 2024, la tasa de privación material y social severa entre los jóvenes de la Unión Europea, que abarca a los individuos de 15 a 29 años, se situó en un 5,8%. Este dato es notablemente inferior al 6,4% registrado en la población general, lo que sugiere una diferencia en las condiciones de vida entre los jóvenes y la población mayor.
Los países donde se registraron las mayores tasas de privación entre los jóvenes fueron Bulgaria, con un alarmante 17,2%, seguido de Rumanía, con 14,7%, y Grecia, con un 14,4%. En contraste, diez naciones de la UE reportaron tasas de privación por debajo del 3,0%, destacándose entre ellas Croacia, Eslovenia, Polonia, Estonia, Luxemburgo, Chequia, Letonia, Chipre, Irlanda y Portugal.
La situación de los jóvenes es aún más crítica en el contexto del riesgo de pobreza y exclusión social. En 2024, el índice AROPE (en riesgo de pobreza o exclusión social) para este grupo etario alcanzó un 24,1%, superando en 3,1 puntos porcentuales el promedio general de la población, que es del 21,0%. Este dato evidencia una presión económica notable sobre los jóvenes en comparación con sus contrapartes mayores.
Al desglosar las causas de este riesgo, se observa que la tasa de riesgo de pobreza entre jóvenes es un 3,0% más alta que la de la población general, alcanzando un 19,2% frente al 16,2%. Sin embargo, la proporción de jóvenes que viven en hogares con muy baja intensidad laboral es apenas un 0,3% superior a la de la población total, marcando un 8,2% en comparación con el 7,9%.
Estos datos reflejan una situación compleja que aboga por una mayor atención a las necesidades específicas de los jóvenes en términos de políticas sociales y económicas. Con altos índices de privación y exclusión, es fundamental que la Unión Europea y los gobiernos nacionales implementen estrategias efectivas para apoyar a esta población vulnerable, priorizando su inclusión social y su bienestar.