Educación Digital Consciente: Protegiendo el Bienestar y la Privacidad desde la Infancia

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Somos Conexión alerta de la importancia de una educación digital consciente para proteger el bienestar y la privacidad desde la infancia

En medio de la creciente digitalización de la sociedad, la cooperativa ética de telecomunicaciones Som Conexión subraya que la educación digital es un proceso que va más allá del simple uso de dispositivos tecnológicos. Este enfoque busca formar individuos que interactúen de manera saludable y crítica con la tecnología. En la actualidad, los datos revelan que la edad media para adquirir un primer móvil es de aproximadamente 10,96 años, y un abrumador 90,8% de los adolescentes se conecta a internet a diario.

Así, la clave se centra no tanto en si los niños deben utilizar tecnología, sino en cómo y en qué condiciones deben hacerlo. La cooperativa aboga por una educación digital progresiva, destacando la importancia del desarrollo emocional y crítico de los jóvenes. Según sus expertos, aunque se recomienda esperar hasta los 16 años para otorgar un smartphone propio, los menores pueden comenzar a familiarizarse con dispositivos en ambientes compartidos, siempre bajo la supervisión de un adulto.

Mercè Botella, psicóloga social y fundadora de Som Conexión, enfatiza la necesidad de construir una cultura digital diferente, donde educar implique no solo introducir tecnología, sino también asegurar que los jóvenes mantengan su humanidad intacta. En este sentido, un estudio de Unicef revela que la supervisión parental en el uso de tecnología es alarmantemente baja; solo un 29,1% de los adolescentes reporta que sus padres establecen alguna norma sobre el uso de internet, lo que puede llevar a un consumo irresponsable.

La cooperativa propone que la educación digital comience con la enseñanza de habilidades cruciales como la autorregulación emocional y el pensamiento crítico, ya que estas son fundamentales para una relación saludable con la tecnología. Botella sostiene que no es el uso de dispositivos lo problemático, sino la falta de habilidades para discernir y gestionar su impacto emocional.

Desde Som Conexión también se insta a que la educación no se limite a un enfoque restrictivo hacia las pantallas, sino que fomente un acompañamiento activo por parte de los adultos. La retirada de pantallas en ambientes educativos, si bien puede ser positiva, debe integrarse en una estrategia más amplia centrada en el bienestar infantil. Botella aclara que la educación consciente es la mejor protección digital para los jóvenes, enfatizando el papel de la tecnología como herramienta pedagógica y no como un medio de vigilancia.

Por otro lado, Som Conexión ha creado diversos recursos para ayudar a familias y educadores a reflexionar sobre el uso de la tecnología. Entre ellos se destacan guías como «Despantállame», una propuesta para reducir la exposición a pantallas en los primeros años de vida, y «Reto: sin móvil para familias», orientada a optimizar la relación con la tecnología en hogares con adolescentes. Estos materiales, desarrollados en colaboración con expertos del ámbito educativo y psicológico, están pensados como herramientas flexibles que acompañen a padres e hijos en el complejo entorno digital actual.

A través de estos esfuerzos, la cooperativa busca asegurar que la tecnología complemente el desarrollo humano sin sustituir las experiencias esenciales que configuran una infancia saludable.