Ahora entiendo porque decían que este Tour era ideal para Alejandro Valverde, y es que los puertos están desperdiciados, están muy lejos de la meta y el miedo que tienen todos los ciclistas al equipo Astana hacen que nadie ataque que se suba a remolque y si alguien lo intenta en poco tiempo vuelve al seno del grupo, pero ni siquieran quieren imponer un ritmo fuerte de carrera, en definitiva, Lance Amstrong ha vuelto y el pelotón lo respeta igual que hace unos años.
Es increible como el ciclismo puede cambiar de un año a otro, también mucha de la culpa la tiene la organización por quitar los finales en alto o dejar que después de subir el Tourmalet se tengan que disputar 70 kilómetros más de etapa, algo que quita el espectáculo y como ya he dicho antes, desperdician los grandes puertos de montaña, donde realmente puede estar el espectáculo.
El sábado llegó la escapada de Luis Leon y ayer la de Fedrigo, eso significa que los líderes no pelean por ganar, sino por aguantar el ritmo algo que no es normal en los últimos años, cuando el pelotón imponía un fuerte ritmo de caza y al final los ataques hacían comerse a los escapados, pero eso pasa por dejar los puertos tan lejos del final de etapa, veremos que pasa en los siguientes días, pero lo qu eestá claro que en los Pirineos se ha ido Amstrong de rositas.