En los días finales de la Segunda Guerra Mundial, el mundo fue testigo de la devastación provocada por los bombardeos atómicos en Japón, un evento que marcó el inicio de la era nuclear y la urgente necesidad de establecer mecanismos para evitar una catástrofe similar. Ocho décadas después, las tensiones geopolíticas y los conflictos persistentes han elevado nuevamente la amenaza nuclear, una preocupación que resuena con fuerza a escala global.
Este año, en el marco del Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares, el Secretario General de la ONU, António Guterres, advirtió sobre los peligros inherentes a las armas nucleares, afirmando que «no brindan seguridad, solo la promesa de aniquilación». Desde la creación del organismo en 1945, el desarme nuclear ha ocupado un lugar central en su agenda, evidenciado por la adopción de su primera resolución, que se centró precisamente en esta cuestión.
A pesar de que las armas nucleares solo han sido empleadas en combate en dos ocasiones, su impacto sigue siendo una sombra amenazante sobre la humanidad. En la actualidad, existen más de 12,000 ojivas nucleares en el mundo, capaces de arrasar ciudades enteras y poner en peligro a millones de vidas y al medio ambiente. Se estima que más del 50% de la población mundial vive en naciones que poseen estas armas o que forman parte de alianzas nucleares que las respaldan.
El panorama actual presenta inquietudes adicionales, como el debilitamiento de los tratados de control armamentista. La reciente salida de Estados Unidos del Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio en 2019 y la retirada de Rusia de su ratificación del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares en 2023, indican un camino hacia una nueva carrera armamentista. Estos pasos han suscitado una creciente frustración en la comunidad internacional, que clama por un avance más decidido hacia el desarme.
Para abordar esta problemática, se ha planificado una reunión de alto nivel en la sede de la ONU en Nueva York, que se celebrará el 26 de septiembre de 2025. Este encuentro, promovido por una resolución de 2013, busca generar conciencia sobre el desarme nuclear y fomentar el diálogo entre las naciones. Entre los objetivos del evento, se incluyen iniciativas para instar a los estados que poseen armas nucleares a reanudar el diálogo y generar confianza, así como la promoción de una moratoria sobre ensayos nucleares y compromisos vinculantes de desarme.
En un momento en el que el riesgo nuclear es más palpable que nunca, la comunidad internacional se enfrenta a una elección crucial: avanzar hacia un mundo libre de armas nucleares o continuar en una senda que podría llevar a la aniquilación. La urgencia es clara, y el futuro de las próximas generaciones depende de la acción colectiva y decisiva en esta materia.
Fuente: ONU últimas noticias