Desafíos Del Bienestar Laboral: Burnout, Boreout Y Brownout, Tres Caras De Un Problema Creciente Según Gi Group Holding

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La salud mental en el entorno laboral se ha convertido en una prioridad crucial en los últimos años, especialmente con la celebración de la Semana Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo. En este marco, Gi Group Holding, una multinacional que ofrece soluciones integrales de recursos humanos, ha realizado un análisis sobre tres fenómenos relacionados con la salud mental de los empleados: burnout, boreout y brownout. Estos fenómenos han emergido en el entorno laboral moderno, afectando tanto al bienestar emocional como al desempeño de los trabajadores, y las empresas enfrentan el reto de gestionar estos desafíos para proteger la salud de sus equipos.

El burnout es el más conocido y está oficialmente reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según la OMS, el 27% de los trabajadores a nivel mundial experimentan altos niveles de estrés laboral, lo que contribuye significativamente al desarrollo del burnout. Las mujeres parecen ser más susceptibles, con un 42% afectadas, en comparación con el 30% de los hombres, de acuerdo con el informe ‘The State of Workplace Burnout 2024’. Silvia Martínez, Directora de Recursos Humanos de Gi Group Holding, describe este síndrome como una consecuencia del estrés laboral crónico que no se maneja adecuadamente. Se manifiesta a través del agotamiento físico y mental, el desapego hacia el trabajo y una sensación de ineficacia profesional. Para mitigar sus efectos, Martínez subraya la importancia de crear entornos seguros psicológicamente, promoviendo una cultura de apoyo, flexibilidad y comunicación abierta, junto con capacitación en manejo del estrés.

El boreout, aunque menos conocido, es igual de perjudicial. Este fenómeno se caracteriza por el aburrimiento extremo en el trabajo, debido a la falta de desafíos o tareas que permitan a los empleados utilizar sus habilidades. A pesar de que su impacto puede ser menos evidente que el del burnout, sus efectos a largo plazo en el rendimiento son significativos. Martínez destaca la necesidad de ofrecer en el entorno laboral oportunidades personalizadas para el crecimiento personal y profesional como una forma de prevenir el boreout.

Por último, el brownout, considerado a menudo como el precursor del burnout, implica una desconexión gradual y pérdida de entusiasmo por el trabajo. A diferencia del burnout, donde el agotamiento es evidente, el brownout se desarrolla de manera más sutil, manifestándose como una pérdida de motivación, falta de proactividad y disminución de la energía creativa. Aunque menos visible, el brownout puede resultar igualmente dañino para el ambiente laboral y el bienestar del empleado.

Estos fenómenos afectan de manera distinta al rendimiento y el bienestar de los empleados, lo que subraya la importancia de fomentar ambientes laborales saludables y sostenibles. Frente a estos desafíos, las empresas deben implementar políticas que promuevan el bienestar y la salud mental en el trabajo. Esto incluye programas de formación en gestión del estrés, fomentar el equilibrio entre la vida laboral y personal, y crear espacios para el desarrollo profesional.

Silvia Martínez destaca que «no se trata solo de ofrecer beneficios o flexibilidad laboral. Las empresas deben comprometerse a construir una cultura de bienestar donde cada empleado sienta que sus habilidades son reconocidas y valoradas, y que puede alcanzar su máximo potencial sin comprometer su salud mental».