“¿Has construido una máquina del tiempo… con un DeLorean?” Se pregunta Marty McFly estupefacto ante la loca idea de su amigo Doc. Toda una generación de aficionados al cine quedó maravillado ante aquel extraño vehículo que desaparecía repentinamente dejando una estela de fuego, ante la sorpresa de un grupo de terroristas libios que reclamaba su plutonio robado. Sin duda se trata de algo más que un coche, y se ha convertido en un objeto de culto para un montón de fans de “Regreso al Futuro”.
La historia de este coche es muy peculiar, ya que la empresa que lo diseñó, DeLorean Motor Company, solo llegó a fabricar este DeLorean DMC-12, nombre completo del automóvil que se utiliza en “Back to the Future”. La producción del coche solo tuvo lugar durante dos años, en 1981 y 1982. Diversos problemas de la empresa, incluyendo la detención del fundador John Delorean por presunto tráfico de drogas (no de plutonio), obligó a la empresa a cancelar sus proyectos tras declararse en quiebra.
Y hasta ahí llegaría la historia del DMC-12 si no hubiese sido por la película de Robert Zemeckis. Se dice que John DeLorean, tras ver la peli, envío a sus productores una emocionada carta en donde agradecía el hecho de haber utilizado su coche. La leyenda comenzó a partir de ese momento gracias, también, a que se trataba de un vehículo que ya no se fabricaba. Esto no hizo más que aumentar el deseo de los fans por tener la máquina del tiempo en su garaje.
Hubo que esperar hasta 2007 para que un empresario estadounidense, se embarcara en el proyecto de volver a producir el famoso DeLorean. Para ello adquirió todos los recambios de la DeLorean Motor Company y se propuso fabricar DMC-12 de manera artesanal. En estos momentos producen unas 20 unidades anuales desde sus instalaciones de Houston. ¿El precio? Unos 57.000 dólares. Bastante barato para ser una máquina del tiempo, ¿no?