Del Miedo a la Integración: Cómo las Comunidades Fronterizas Costarricenses Construyen la Paz

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Del miedo a la integración: cómo las comunidades fronterizas costarricenses tejen la paz

En el norte de Costa Rica, en un paisaje donde los verdes campos se entrelazan con la serpenteante trayectoria de los ríos, los cantones de Los Chiles y Upala han transformado su historia de tensiones y desconfianza hacia un camino de paz constructiva. Durante años, miles de migrantes y refugiados buscaban refugio en estas comunidades, huyendo de la violencia y la pobreza, lo que generaba un contexto de miedo y desencuentros. Sin embargo, en la actualidad, el clima ha cambiado y la paz comienza a florecer entre risas de niños, encuentros entre vecinos y ritmos que trascienden fronteras.

La comunidad de Los Chiles, en particular, ha experimentado un cambio notable. Anteriormente, las interacciones entre los residentes locales y los recién llegados eran limitadas; hoy, la nueva escuela El Combate se ha convertido en un centro de integración donde se celebran actividades y cursos que fomentan la convivencia pacífica. En este lugar, madres migrantes comparten recetas mientras los adolescentes juegan al fútbol, y las abuelas transmiten su conocimiento a las juventudes que buscan un nuevo hogar.

Este progreso es el resultado del esfuerzo conjunto de más de 30,000 personas —locales, migrantes y refugiados— quienes han conseguido transformar los conflictos en oportunidades de unión. Donde antes había terrenos vacíos, ahora se establecen espacios comunitarios que proyectan un futuro de crecimiento y convivencia.

La coordinadora del Programa Conjunto de Consolidación de la Paz de Naciones Unidas en Costa Rica, Marilyn Román, destaca que todo comenzó con un sencillo llamado a la conversación. «No llevábamos promesas, solo queríamos escucharlas y ayudarles a construir sus propias soluciones», comenta, enfatizando el impacto positivo que ha tenido este programa, financiado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Consolidación de la Paz.

Este programa no solo fomenta la convivencia pacífica, sino que se basa en un enfoque inclusivo que empodera a líderes locales y promueve la participación igualitaria de las mujeres, refugios y migrantes. Con la formación de 470 líderes en gestión de conflictos y la creación de 11 Comités Locales de Convivencia Pacífica, el programa ha proporcionado aprendizajes valiosos y ha tejido redes de apoyo comunitario.

Las historias de transformación son muchas y conmovedoras. Maira Potoy, quien antes era solo una ciudadana más, ahora ocupa un cargo como regidora municipal, trabajando en la rehabilitación de espacios para promover la cultura y combatir la violencia de género. Asimismo, Xeneida Parrales, directora de la escuela El Combate, ha notado cómo las mujeres lideran iniciativas en huertas comunitarias, lo que no solo fortalece la seguridad alimentaria, sino también la cohesión social.

Este modelo de cooperación ha priorizado agenciar capacidades locales y fomentar la inversión en infraestructura y formación, respetando los saberes comunitarios. Saida Arias, presidenta de una asociación en Upala, manifiesta que se visualiza un futuro donde todos podrán verse fortalecidos. Las ferias de integración, donde se unen sabores y tradiciones, son un claro ejemplo de cómo la diversidad puede ser una fuerza unificadora.

Los alcaldes de Upala y Los Chiles promueven este compromiso con una visión comunitaria. Para ellos, la integración de migrantes y refugiados en el tejido social es un paso hacia un futuro más esperanzador. «Este proyecto es crucial para el desarrollo de nuestros pueblos», aseveran, destacando su importancia en la construcción de un entorno seguro para las futuras generaciones.

En esta tierra de ríos y cultivos, la paz se ha convertido en una realidad palpable, un eco que resuena en cada rincón de estos cantones. Las lecciones del pasado y el trabajo conjunto son los cimientos de un futuro más sólido, donde la convivencia y la dignidad se celebran a diario, haciendo de este lugar un ejemplo de armonía y justicia social.
Fuente: ONU últimas noticias