Cuando los ciclistas no quieren da igual que la etapa tenga 10 o 15 puertos, que acabe en alto o en bajo, puesto que no dan ninguna batalla, los líderes de los equipos, los que tienen que ganar la Vuelta a España decepcionaron y mucho en el Alto de Velefique, dejando a un lado la supuesta falta de pierna de ellos.
La etapa no fue del todo movida, y todo el mundo (incluído yo) esperaba al último puerto para ver los ataques entre los cocos, porque gente como Valverde, Samuel Sánchez o Basso tenían que demostrar que querían sacar tiempo con respecto a Cadel Evans, quizás el favorito si las cosas llegan así a Madrid, pero lejos de eso nadie hizo daño excepto el holandés Gesink, que consiguió arrañar 17 segunditos a todo el mundo.
Ezekiel Mosquera fue el otro valiente, pero en esta ocasión le faltó fuerzas para llegar al grupo cabecero, donde se encontraba su compañero de equipo David García y Hesjedal, que a la postre fue el que ganó la etapa por la equivocación del español, ya que se pensaba que la meta estaba antes y solo era el premio de la montaña, por lo que agotó las fuerzas antes de tiempo.
