Una de las noticias más curiosas y esperadas con respecto al comercio de los coches en todo el mundo acaba de hacerse realidad. Es que el Presidente de Cuba, Raúl Castro, ha emitido un decreto oficial, en el cual permite “a los cubanos y extranjeros residentes en la isla comprar libremente un auto nuevo o usado en comercializadoras estatales”, una medida que entrará en vigencia a partir del próximo día 3 de enero.
Estas personas “pueden adquirir en las entidades comercializadoras ciclomotores de combustión interna, motocicletas, autos, autos rurales, paneles, camionetas y microbuses”, ha señalado la nueva normativa del hermano del líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, quien desde hace algunos años maneja los destinos del país ante la avanzada edad del segundo.
El decreto, que además fue apoyado por nuevas medidas emitidas en conjunto por los ministerios de Transporte, Finanzas, y la fijación de nuevos costos para los coches, permitirá la importación de coches -la isla no se encarga de producirlos- siempre y cuando su llegada se produzca por medio de las comercializadoras cubanas autorizadas estatales, que les imprimirán un impuesto del 20% del valor original de los mismos.
El problema es que ese 20% se suma de por sí al recargo del 8%, un impuesto del 10%, y los clásicos costos de retiro del coche, por lo que un cubano o residente de la isla que quiera adquirir un vehículo nuevo tendrá que abonar casi el 50% de recargo sobre su precio original. Luego, esa diferencia será utilizada por el Fondo de Financiamiento del Transporte Público, a fin de que quienes no tengan coche puedan utilizar mejores prestaciones del Estado.
“Teniendo en cuenta, que el desarrollo del transporte público es una prioridad para el beneficio de la población, se ha decidido que los ingresos adicionales, incluidos los impuestos, que se obtengan por la venta liberada de vehículos, serán destinados a un fondo para su financiamiento”, señala el decreto que ha terminado con una medida de más de 50 años de antigüedad.