El FC Barcelona arrancó ayer un valiosísimo empate (1 – 1) en el Mercedes-Benz Arena y la verdad que tal y como jugó ayer, pueden darse por satisfechos. Ya lo avisamos ayer, muchos eran los fantasmas que sobrevolaban Can Barça y ahora, con medio pie en cuartos de final solo queda ganar en el Camp Nou.
Jugaron muy bien los alemanes para los jugadores de que dispone, todos muy trabajadores y con mucha bravura. Supieron como bailarle al Barça que se estrellaba una y otra vez contra las líneas defensivas bávaras, todos muy bien posicionados y de paso, aumentar su confianza en pasar la eliminatoria.
El brasileño Cacau demostró por qué es el mejor jugador del Stuttgart y realzó la premisa esa de «juega como un brasileño y trabaja como un alemán» al puro estilo Elber del Bayern de Múnich, ¿os acordáis?. Pogrebnyak por el centro, Hleb y Gebhart por las bandas crearon peligro constante a la débil zaga culé. Puyol no sabía donde jugar, Márquez estuvo muy mal, Maxwell vio pasar todos los contrarios y Piqué fue el que mejor estuvo.
Finalmente, Xavi sí jugó tras recuperarse a tiempo de su lesión muscular pero no se vio al Xavi que estamos acostumbrados y eso apagó al Barcelona. De este apagón se aprovechó Cacau para introducir de cabeza un fantástico centro de Gebhart. Pudieron caer más si el árbitro pita dos penaltis por manos de Piqué y Márquez. Posteriormente, hubo otra jugada polémica en los que los barcelonistas pidieron mano dentro del área tras una mano previa de Ibra.
Ya en la segunda parte, el Barcelona se iluminó gracias al Ibraimovic que anotó el gol del empate tras pase de Piqué. Empate y gracias.