La escalada de violencia en Suweida, Siria, ha provocado que más de 145.000 personas huyan de sus hogares, muchas de ellas con lo mínimo imprescindible. Estas familias se han refugiado en centros improvisados en Dara’a, en la zona rural de Damasco y en la propia capital. Desde Damasco, Christina Bethke, representante interina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Siria, informó que los equipos médicos móviles apoyados por la organización están proporcionando atención de urgencia, salud maternoinfantil, apoyo psicológico y medicamentos esenciales en las áreas de desplazamiento. Sin embargo, la situación en Suweida se ha tornado crítica.
Los hospitales locales enfrentan una alarmante escasez de personal, lo que complica aún más la atención médica. Muchos profesionales no pueden llegar a sus puestos de trabajo de forma segura, y tanto el suministro de electricidad como el de agua potable han sido interrumpidos. Además, los medicamentos esenciales están en agotamiento, lo que ha llevado al principal hospital de la ciudad a alcanzar niveles extremos de saturación, llegando incluso a colapsar en ciertos momentos de la semana.
En medio de esta crisis, la OMS ha confirmado cinco ataques contra instalaciones médicas, que incluyen el asesinato de dos médicos y el bloqueo de ambulancias. Bethke subrayó la necesidad de proteger a los trabajadores de la salud y las instalaciones médicas, enfatizando que «la atención médica nunca puede ser un objetivo». Este es un principio que debe ser respetado por todas las partes involucradas conforme al derecho internacional.
El acceso humanitario sigue siendo extremamente limitado. Solo dos convoyes de ayuda pudieron ingresar a la zona de conflicto el 20 y 23 de julio, coordinados por el Ministerio de Salud sirio y la Media Luna Roja. Las tensiones en la región han aumentado desde que los enfrentamientos comenzaron el 13 de julio, cuando grupos beduinos y minorías drusas se enfrentaron, lo que llevó a la intervención de las tropas del gobierno.
La situación se complica aún más por la fragmentación del control territorial entre distintos grupos, lo que dificulta la logística para las operaciones humanitarias. A pesar de estos obstáculos, Damasco ha manifestado su voluntad de facilitar la entrega de ayuda humanitaria «con total seguridad».
Desde el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) se ha expresado preocupación por el incremento del riesgo de epidemias en medio de las altas temperaturas y las precarias condiciones de vida. En respuesta, UNICEF está ampliando sus esfuerzos en la región mediante la distribución de agua embotellada, camiones cisterna, kits de higiene y servicios de saneamiento de emergencia para mitigar el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua.
Fuente: ONU últimas noticias