La seguridad alimentaria sigue siendo un tema crítico a nivel global, con cifras preocupantes que demuestran el desafío persistente en el acceso adecuado a alimentos nutritivos. Según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2023, el 28,9% de la población mundial, es decir, 2.330 millones de personas, no tuvieron acceso sistemático a una alimentación adecuada. De este grupo, más de 864 millones de individuos enfrentaron inseguridad alimentaria grave, lo que impactó gravemente su salud y bienestar.
Moisés Pérez Fernández, biólogo y docente del Máster en Tecnología y Seguridad Alimentaria de CEMP, recalca la importancia de la seguridad alimentaria para una vida activa y saludable, definiéndola como el acceso físico, social y económico constante a alimentos seguros y nutritivos que satisfagan las necesidades dietéticas. A pesar de los múltiples esfuerzos e iniciativas globales para mejorar la situación, Pérez señala que los números siguen siendo preocupantes, destacando los grandes desafíos que aún persisten para garantizar una alimentación adecuada y segura para todos.
El informe de la FAO indica que la seguridad alimentaria mundial ha mostrado pocas mejoras en los últimos cuatro años. Mientras que América Latina ha registrado avances, otras regiones como África, América del Norte, Asia y Europa continúan enfrentando desafíos similares, lo que genera preocupación sobre la efectividad de las políticas actuales para abordar esta crisis global.
La falta de trazabilidad y control adecuado de los alimentos puede ser devastadora. Sin un control estricto de los procesos y las posibles contaminaciones, existe un alto riesgo de intoxicación o toxiinfección alimentaria. Pérez destaca que la normativa europea se ha vuelto cada vez más rígida, introduciendo análisis de contaminantes que anteriormente no se consideraban. Los países de la Unión Europea y Estados Unidos, según el biólogo, son los más seguros en términos de seguridad alimentaria, gracias a sus sistemas de control y alertas rápidas.
El papel de los departamentos de calidad en las empresas alimentarias es esencial, sostiene Pérez, destacando la importancia de sistemas de gestión de calidad sometidos a auditorías periódicas. Muchas empresas incluso mantienen laboratorios internos para controlar la calidad de sus productos antes de distribuirlos en el mercado.
El interés en la seguridad alimentaria está en aumento entre la población. Un estudio realizado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la consultora IPSOS en 2023 revela que cerca del 70% de los europeos manifiestan un alto interés en la seguridad de los alimentos que consumen. Sin embargo, el 60% considera que la información disponible es demasiado técnica y difícil de comprender, subrayando la necesidad urgente de mejorar la comunicación en este ámbito.
En respuesta a estos desafíos, el sector alimentario está evolucionando hacia soluciones innovadoras que faciliten el consumo inmediato y garanticen la seguridad alimentaria. La tendencia se centra en productos listos para consumo con procesos de cocción mínimos, utilizando sistemas como la pasteurización o altas presiones para extender su vida útil. El desarrollo de envases pequeños listos para comer, capaces de monitorizar la frescura de los alimentos y alertar sobre posibles riesgos, se está convirtiendo en una práctica relevante. Estas innovaciones buscan no solo garantizar la seguridad alimentaria, sino también reducir el desperdicio y mejorar la sostenibilidad en la cadena de suministro, marcando el camino hacia un futuro más seguro y eficiente en la producción de alimentos.