Con el cambio climático como telón de fondo, la salud pulmonar se enfrenta a nuevos desafíos. Los expertos de Cigna Healthcare han comenzado a profundizar en cómo el deterioro de la calidad del aire, consecuencia de actividades humanas y fenómenos climáticos extremos, afecta la salud respiratoria de las personas. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 7 millones de muertes prematuras cada año son atribuibles a la contaminación del aire, provocando un alarmante aumento en enfermedades como el asma, la bronquitis crónica y el cáncer de pulmón.
La presencia de partículas finas y dióxido de nitrógeno en el aire, generadas principalmente por el tráfico y la industria, se ha vinculado a un incremento de patologías respiratorias. En este contexto, el cambio climático juega un papel fundamental al alterar los patrones estacionales de los virus respiratorios, agravando el riesgo de infecciones. Este fenómeno es evidente, por ejemplo, en inviernos anómalamente cálidos, que no solo cambian la naturaleza de las enfermedades respiratorias, sino que también promueven la proliferación de virus como el sincitial respiratorio.
La Dra. Daniela Silva, especialista en Medicina Interna y E-Health Medical Manager de Cigna Healthcare España, resalta los efectos nocivos de la contaminación sobre el sistema inmunológico. Una exposición prolongada puede debilitar la capacidad del organismo para combatir infecciones, lo que deja a las personas con condiciones respiratorias aún más vulnerables. Ante estas preocupaciones, la experta enfatiza la necesidad de concienciar sobre los riesgos y propone iniciativas para reducir la exposición a contaminantes.
Para mitigar el impacto del cambio climático en la salud pulmonar, Cigna Healthcare sugiere diversas medidas prácticas. Entre ellas, destaca la importancia de optar por medios de transporte sostenibles para disminuir la polución en áreas urbanas, así como minimizar la actividad al aire libre durante días de alta contaminación, utilizando mascarillas protectoras cuando sea necesario. Además, recomiendan mantener un ambiente limpio en el hogar, empleando purificadores de aire y ventilando los espacios en momentos de baja contaminación.
La conexión con la naturaleza también se menciona como un aliado en la mejora de la calidad del aire. Tener plantas en casa y disfrutar de espacios verdes urbanos favorece no solo la salud respiratoria, sino que también contribuye al bienestar emocional. Por último, se aconseja incorporar alimentos ricos en antioxidantes a la dieta, ya que pueden proteger las células pulmonares del daño oxidativo y reducir la inflamación en las vías respiratorias, especialmente en personas con patologías crónicas.
La conjunción de estos factores plantea una urgencia por abordar el impacto de la contaminación y el cambio climático en la salud pública, haciendo de la prevención y la información una herramienta esencial para cuidar la salud respiratoria.