El comercio mundial enfrenta un futuro incierto debido a la creciente guerra de aranceles entre las principales economías, que podría resultar en una contracción de entre el 3% y el 7%, según un informe del Centro de Comercio Internacional. Este fenómeno afectará notablemente el producto interior bruto (PIB) global, que podría disminuir en un 0,7%. Los países en desarrollo serán los más impactados, con ejemplos claros como México, China, Tailandia y naciones en el sur de África, así como Estados Unidos, que también sentirá los efectos negativos.
La reciente decisión de China de imponer aranceles del 125% a los productos estadounidenses, en respuesta a la medida de Trump de elevar tarifas a productos chinos hasta el 145%, ha intensificado esta guerra comercial. Pamela Coke-Hamilton, directora del Centro, expresó que aunque no se anticipa que esto marque el final del modelo económico actual, las repercusiones serán significativas, provocando cambios en las cadenas de suministro y en las alianzas globales.
La pausa de 90 días para algunos aranceles anunciada por Trump no se considera suficiente para mitigar los daños, ya que la falta de estabilidad y predictibilidad en las políticas comerciales está afectando las decisiones empresariales.
Mientras tanto, en el conflicto en Gaza, la oficina de derechos humanos de la ONU ha advertido que las acciones israelíes ponen en riesgo la existencia de los palestinos como grupo. La portavoz de la oficina destacó que el impacto acumulativo de la violencia, la destrucción y el desplazamiento derivan en condiciones de vida cada vez más insostenibles para los habitantes de Gaza. Entre marzo y abril de este año, se registraron 224 ataques israelíes contra civiles, con un alarmante número de víctimas entre mujeres y niños.
Por otro lado, UNICEF ha denunciado una crisis de violencia sexual en la República Democrática del Congo, donde se reporta que una niña o niño es violado cada media hora, reflejando la gravedad de la violencia contra menores en el conflicto. Esta situación se describe como una crisis sistémica y una táctica deliberada de terror que destruye comunidades, exigiendo una respuesta urgente y eficaz para proteger a los más vulnerables.
En cuanto a esfuerzos por mitigar el cambio climático, el transporte marítimo ha dado un paso significativo hacia la sostenibilidad con un acuerdo global alcanzado tras casi diez años de negociaciones. A partir de 2028, las navieras deberán utilizar combustibles más limpios para evitar multas, marcando un hito en la regulación de emisiones en este sector, que representa aproximadamente el 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Este acuerdo se formalizará en una próxima reunión, lo que genera expectativas sobre su impacto en la industria y el medio ambiente.
Fuente: ONU últimas noticias