Club «Alérgico» de Madrid

Bravo destrozado tras el resbalón sufrido en el gol rojiblanco. Alérgicos. Alérgicos a estar en los puestos altos de la tabla, así son los jugadores del Atlético de Madrid. Anoche, con una victoria ante el colista, la Real Sociedad, se colocaban en puestos de Champions, pero no quisieron. La pasividad en el gol de la Real, es una muestra de la actitud mostrada durante todo el encuentro. Un saque de banda sin presionar; sin ayudar al jugador de banda; y el delantero Uranga remata sólo en el área pequeña entre los dos centrales: ayer Perea y Zé Castro. Si Galletti, que entró de rebote en el once inicial por la desgraciada lesión de Maxi, es el único que da la cara; se ve claramente el hambre y las ansias de unos jugadores, a los que no les da la gana estar arriba: por miedo o por desidia.

No se trata de cambiar la formación ni los jugadores, es una cuestión de cambiar las caras. En el rostro de los jugadores rojiblancos se observa claramente cuando van a por un partido o cuando les da igual. Pasó contra el Zaragoza, contra el Levante y anoche frente a la Real; más grave aún si estamos hablando de partidos en el Vicente Calderón. La gente de la grada se aburre, se desespera, y hasta los del Frente Atlético prefieren darse mamporrazos con la policía que animar a su equipo.

El equipo no tiene toque, no acaricia la pelota, no la trata bien. Han dejado de jugar al pelotazo, sí, pero ahora el problema es que los jugadores si quieren hacer algo con el balón en los pies, tienen mucho recorrido por delante. Anoche le pasó a Torres, Agüero y a Mista cuando entró. Otro gran problema del Atleti es que no presiona la salida del balón del equipo rival. Me acuerdo el partido del Recreativo de Huelva, que les dio toda una lección de toque (aunque al final fueran injustamente derrotados).

Anoche, el mismísimo colista de la liga, la Real, «vaciló» en algunos momentos al equipo rojiblanco. Hasta Jesuli, un jugador que ha tenido muchos problemas de lesiones y sobre todo de encontrar un sitio en nuestra liga, dejó en evidencia la tarea defensiva colchonera. Por cierto, los pases de Zé Castro dan miedo, hace unos cambios de orientación y pases al hueco, que nadie entiende. Además, si es zurdo, ¿por qué da todos los pases con la diestra?

Ya en ataque, el único peligro son muchos centros al área rival, pero sin ninguna intención. En este apartado se echa excesivamente de menos al búlgaro Petrov. El juego aéreo del Atleti se puede decir que es nulo, ni un solo balón consiguen rematar de cabeza. Hasta en el gol rojiblanco, que llegó de un globo de Galletti, es un defensa de la Real quien remata en propia puerta (previo resbalón del portero, Bravo).

Fernando Torres, el tan querido baluarte del club, da pena. No toca balón y cuando lo hace, no regatea ni a su sombra. No sé si será por el estado de forma del delantero o por la escasa confianza que tiene en sí mismo. También querría destacar a Jurado; siempre entra como «salvador», y el chico tiene clase, pero tiene aún menos hambre que sus compañeros. Si le sumamos, que está constantemente solo, porque el chaval se desmarca de maravilla, pero sus compañeros le marginan, no le ven, no le pasan el esférico.

La única buena noticia fue sin duda el regreso de Mista. No sólo por su vuelta, sino por el carácter que demostró cuando entró en el campo. El único jugador que se vio que presionara de verdad la salida de balón donostiarra. Le da igual jugar de delantero, de mediapunta o escorado a una banda; se deja la piel en el campo, y la calidad le sobra.

Tras los resultados de hoy domingo, el Atlético de Madrid se alejará un poco más de la zona Champions, algo que parece que buscan. Entonces, la semana que viene en campo del Betis, seguro que saldrán a ganar el partido, hasta les cambiará la cara a los jugadores; porque no tendrán presente la alergia, esa alergia a codearse con los mejores.

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