El Madrid le rompió los esquemas al técnico griego con un gol a los 2 minutos de Raúl, tras un rechace de un tipo de Van Nistelrooy que había aprovechado un gran pase de Robinho. Raúl no haría mucho más que eso en todo el partido, además de su habitual derroche físico.
Después de este duro golpe para los griegos, Salgado regaló una internada a Djordjevic que centró y Galleti fusiló, por lo que los griegos devolvían la sorpresa con una rápida reacción a los 7 minutos; pero a los 14 Torosidis derriba a Van Nistelrooy y al ser el último hombre es expulsado. A partir de ahí partido nuevo, los griegos encerrados y el Madrid con un partido por delante y sin ideas, aún así en la primera parte dispuso de alguna oportunidad, pero se fue diluyendo por los desdibujados Salgado, Sneijder, Raúl y un Robinho que se perdía y empezaba a ser pitado por la grada.
A partir de ahí Robinho fue protagonista, cogía el balón y creaba magia, de uno de esos trucos de amagues, recortes y bicicletas fabricó un penalti que falló Van Nistelrooy y en otra jugada marcó de punterazo su segundo gol de la noche. Pero el Olypiacos no se rindió y con Kovacevic en el campo por Lua Lua tuvo su oportunidad de empatar a 3 en el último minuto, pero San Iker sacó un paradón a una mano y se ganó la ovación de la grada, armó con su saque una contra que cogió Robinho de nuevo que se galopó todo el campo para ceder el balón a Balboa y el canterano marcó el 4-2 definitivo.
El Real Madrid encarrila su pase en la Champions y respira tranquilo con la explosión futbolistica de Robinho y las paradas imposibles de Casillas.