La Amazonía se posicionó esta semana como un punto central en la discusión global sobre seguridad alimentaria y cambio climático, al celebrarse la «Semana de la Amazonía: Desarrollo Rural Sostenible y Sistemas Agroalimentarios», un evento organizado por el Gobierno de Brasil en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Durante tres días, en Manaos, representantes de gobiernos, organismos internacionales, comunidades indígenas, campesinos y miembros de la sociedad civil se reunieron para abordar el potencial del bioma amazónico en el desarrollo sostenible y la transformación inclusiva del campo.
El encuentro se realizó en el marco del Programa de Cooperación Internacional Brasil–FAO, preparando el terreno para la COP30, que tendrá lugar en noviembre de 2025 en Belém. Máximo Torero, economista jefe y representante regional de la FAO, destacó que la Amazonía puede convertirse en un «laboratorio» para nuevos modelos económicos, con inversiones que reconozcan la importancia de la agricultura familiar y las comunidades tradicionales. Actualmente, el 85,4 % de las explotaciones agropecuarias en la región son manejadas por agricultores familiares.
Las discusiones se centraron en la creciente inseguridad alimentaria en áreas urbanas amazónicas, donde se registran altos índices de hogares con hambre. La secretaria de Seguridad Alimentaria del Ministerio de Desarrollo Social de Brasil, Lilian Rahal, enfatizó el compromiso del Estado brasileño de garantizar el derecho humano a la alimentación. Además, la cooperación Sur-Sur fue un tema crucial, destacando la colaboración de Brasil y la FAO en políticas de nutrición que han servido de modelo en el Sur Global.
El embajador Ruy Pereira, director de la Agencia Brasileña de Cooperación, subrayó la importancia estratégica de la Amazonía en la lucha contra el hambre y la protección de la biodiversidad. Durante el evento se llevaron a cabo foros paralelos, como la Reunión Especializada sobre Agricultura Familiar del Mercosur, que abordó políticas diferenciadas para pequeños productores, y un Diálogo Técnico Regional sobre Bioeconomía Amazónica, con la participación de gobiernos, bancos de desarrollo, empresas y líderes indígenas.
El encuentro concluyó con la elaboración de una hoja de ruta que incluye seis áreas esenciales: mercados y comercialización, contratación pública de alimentos, vínculo entre clima y sistemas agroalimentarios, economía circular, financiamiento e inversión, y gobernanza. Con este enfoque, Brasil y la FAO buscan posicionar a la Amazonía como un espacio de cooperación e innovación, crucial para enfrentar la inseguridad alimentaria y el cambio climático a nivel global.
Fuente: ONU últimas noticias