Abraham Lacalle (Almería, 1962) mostrará a partir del 26 de abril en la galería Marlborough (Madrid), Bosques, una nueva exposición que incluye una quincena de obras, en su mayoría óleos sobre lienzo, destacando una colosal acuarela, Fantasmas y crack, de 250 x 740 cm.
Bosques muestra una obra en la que una multiplicidad de argumentos y referencias hacen emerger un auténtico surtidor de sensaciones dispuestas en un caos necesario. Los trabajos de Lacalle se presentan ante el espectador con su tan personal suntuosidad de color, del mismo modo éstas quedan impregnadas de su vital ironía y de las constantes referencias a los grandes movimientos artísticos y literarios del siglo XX, sin olvidarse de la crítica social.
Lacalle comienza su trayectoria a finales de los 80 y tras conseguir una beca en la Casa de Velázquez en 1995, inicia una carrera brillante, participando en numerosas exposiciones individuales y colectivas en galerías de todo el mundo, destacando particularmente la intervención en el Espacio 1 (primavera de 2005) del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía titulado Un lugar donde nunca sucede nada. Su obra forma parte de numerosas colecciones públicas y privadas, entre las que cabe destacar el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (Sevilla), Fundación Coca-Cola (Madrid), Museo de Bellas Artes de Asturias (Oviedo), Museo Municipal de Madrid (Madrid), Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid) o la Fundació La Caixa (Barcelona).
Sin duda, lo que más destaca de Lacalle son su grandes formas y colores que podríamos calificar de fauvistas o expresionistas. La grandeza de sus cuadros hace que nos sumerjamos dentro del paraíso de la pintura, del pigmento. Una vez más, el arte está inmerso en los sentidos, antes que en la razón o el sentido que puedan contener los cuadros.