
Con Furia de Titanes llega la primera estafa monumental del fenómeno 3D y probablemente sea la primera de muchas. Independientemente de la película, el formato 3D sólo se nota en los títulos de crédito finales y, para más inri, el film por culpa del 3D se ve más oscuro, hasta el punto de verse mal. Y eso que la entrada cuesta un pastizal. Es lo que pasa cuando una película no está pensada para el 3D y se le aplica una conversión con el objetivo de recaudar más gracias a cobrar una entrada más cara, hay que joderse. Así que ya de entrada os recomiendo que si la queréis ver, no dudéis ni medio segundo en ir al 2D.
Dicho esto vamos a la película en sí, que tampoco es para tirar cohetes. Louis Leterrier intenta, con poca fortuna, cambiar el enfoque de la historia y enfatizar el poder y autonomía de los humanos frente a los dioses, en vez de recrear de nuevo el dominio casi titiritero que los dioses ejercen sobre los hombres.











