An education es una verdadera delicia, una de estas que encandilan por la humanidad y la consiguiente cercanía de la historia que cuenta.
Es necesario verla con perspectiva, porque trata de una chica de 16 años, brillante en los estudios y nula en vida social, que conoce a un tipo de treinta y tantos con el que entabla un romance que puede canviar el curso de su vida. Hay que entender que el contexto nos lleva a la Inglaterra conservadora de los 60, en la que una chica joven es casi imposible que tenga un futuro más brillante que hacer de maestra o pescar un buen marido.
Sobre estas bases, Lone Scherfing narra la historia de la chica con el hombre con un tono sorprendentemente cariñoso y muy natural. Lo que realmente pasa es que una joven muy convencional que vive, que la hacen vivir, por los estudios y para que entre en Oxford está empezando a conocer la vida más allá de los libros, aprende que es el amor, el sexo, la música en directo, el arte…en definitiva, aprende a vivir.
La ruta vital que esta tomando la chica no se acaba de ver en perspectiva sin la actitud cambiante de sus padres (sobretodo de su padre) respecto al hombre que ha conocido, ya que detrás de su rigidez moral lo único que desean es que su hija tenga una buena vida y un buen futuro, sea cual sea el camino que tome.
El gran valor del film, pero, es la subtileza y la enorme cantidad de matices que tiene el guión de Nick Hornby, que junto a la ajustada aunque grácil y exquisita dirección de Scherfing terminan sumando un conjunto tan elegante y preciso en la forma, como rico en el contenido.
Además, An Education tiene la inestimable baza que es la sorpresa del año, la presentación en sociedad, a lo grande, de Carey Mulligan, una joven actriz que ya es una realidad y que tiene un prometedor porvenir. El resto del reparto se luce en sus funciones, sobretodo un inteligente Alfred Molina que va aportando cosillas hasta que sale del banquillo para reventarlo todo y darle a la película el momento más emotivo y el clímax que faltava.
Quizás el error sea la tendencia un poco moralista del final, aunque en general el film muestra una encomiable imparcialidad y defiende que cualquier elección sobre cómo vivir tiene sus pros y sus contras, pero toda decisión sirve para sumar experiencia y aprender, que al fin y al cabo es lo que importa.