Y es que no es paramenos, ya que después de que Anelka insultase muy gravemente a su seleccionador, es cuanto menos lo mínimo que podía esperar el jugador francés. Las palabras textuales las tienes en esta portada del diario L’Equipe, y creemos que es suficientemente explícito como para tener que traducirlo.
La cuestión es que la Federación francesa ha expulsado fulminantemente al delantero del Chelsea del Mundial de Sudáfrica y por supuesto, de la selección francesa. No volverá a jugar más, al menos, hasta dentro de muchísimo tiempo.
Estos movimientos confirman la crisis de la selección de Francia, que ya viene de muy atrás. Quejas, broncas y líos son los que se viven en el vestuario junto al seleccionador Domenech. No hace falta ir más lejos cuando ya otros jugadores han declarado que la culpa la tiene el traidor por chivarse de las palabras de Anelka. ¿Suficiente?
