La concentración del ingreso en América Latina sigue siendo una de las más marcadas a nivel mundial, según un reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). El documento reveló que el 10% más rico de la población en la región capta el 34,2% del ingreso total, mientras que el 10% más pobre apenas recibe el 1,7%. Esta alarmante desigualdad es considerada una «trampa estructural» que obstaculiza el progreso social en diversas dimensiones.
A pesar de algunos avances en la reducción de la desigualdad, América Latina continúa siendo la región más inequívoca del planeta. El secretario ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs, subrayó que es crucial para la región abordar problemas como la desigualdad educativa, la creación de empleos de calidad, la igualdad de género y la atención a grupos históricamente discriminados, incluyendo personas con discapacidad y pueblos indígenas.
Respecto a la pobreza, el informe destacó que en 2024, el 25,5% de la población latinoamericana, equivalente a 162 millones de personas, vive en situación de pobreza por ingresos, una cifra que representa el nivel más bajo desde que se tiene registro. No obstante, la pobreza extrema afecta al 9,8% de la población, mostrando una ligera mejora, aunque aún por encima de los niveles históricos más bajos alcanzados en 2014.
Se menciona que la reducción de la pobreza debe atribuirse principalmente a avances en México y, en menor medida, en Brasil. Sin embargo, las proyecciones para 2025 indican que solo se prevé una leve disminución, dada la débil evolución económica de la región.
El informe también abarca el tema de la pobreza multidimensional, que considera no solo ingresos, sino también carencias en educación, salud y vivienda. Esta cifra ha disminuido del 34,4% en 2014 al 20,9% en 2024, afectando en mayor medida a niños, adolescentes, la población rural y particularmente a mujeres, quienes se encuentran en situaciones de privación en una proporción alarmante.
La CEPAL advierte que las desigualdades educativas son un obstáculo significativo para la movilidad social. En particular, el 28% de los jóvenes entre 20 y 24 años no ha terminado la educación secundaria, con disparidades marcadas entre distintos quintiles de ingresos. Además, el 71,2% de los estudiantes de 15 años no alcanzó competencias básicas en matemáticas en 2022.
El mercado laboral presenta preocupaciones igualmente graves: el 47% de la población ocupada trabaja en la informalidad, y se estima que potenciar la formalización podría casi reducir a la mitad la pobreza laboral. En cuanto a la desigualdad de género, el informe resalta que las cargas de trabajo no remunerado limitan las oportunidades de las mujeres jóvenes.
En términos de gasto social, aunque ha mostrado un leve aumento, las tendencias son dispares, con caídas en algunas zonas y avances en otras. La CEPAL enfatiza la necesidad de fortalecer las capacidades institucionales para abordar estas problemáticas de manera más efectiva y cumplir con los compromisos adquiridos en la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social.
Fuente: ONU últimas noticias





