Probablemente el conjunto más decepcionante de la última temporada en la Champions League fue la Juventus, y no en especial porque sus encuentros de primera ronda hayan sido malos, sino porque el doble campeón de la Serie A se despidió prácticamente que en un mano a mano con el Galatasaray, incluso cuando los turcos tienen mucha menos plantilla, y los bianconeros eran uno de los candidatos de la competencia.
El caso es que más allá de eso, el entrenador de la Juventus, Antonio Conte, manifestó en reiteradas oportunidades durante este año, que el gran debe que tenía el equipo era poder demostrar en Europa que eran igual de competitivos que en Italia. Sin embargo, y para sorpresa de muchos, seguirán sin demostrarlo, al menos no bajo las órdenes del propio Conte, que ha presentado su renuncia a lo largo de la última semana.
Sucede que Conte no sólo no estaba conforme con los fichajes llegados hasta el momento a la Juventus, más allá de que las llegadas de Evra y Morata estuvieran a punto de confirmarse, y por eso cuando se comenzó a rumorear con la posible salida del chileno Arturo Vidal al Manchester United sin que se le haya consultado nada, no dudó y presentó su dimisión como primer entrenador de la vecchia signora.
Allegri es su reemplazante
Como la renuncia era completamente inesperada, los directivos de la Juventus consideraron que debían estar el menor tiempo posible sin un entrenador claro al frente de este proyecto, y por eso apuraron las reuniones para firmarle un contrato a Massimiliano Allegri, ex del Milan y quien la última temporada entrenó a los rossoneros en la Champions League, hasta que el Atlético Madrid de Simeone les eliminó de la competencia.
Allegri, que de esta forma volverá a la Champions League probablemente de la mano del conjunto más competitivo de la Serie A en estos tiempos, tendrá además que gestionar todos los fichajes y salidas en tiempo récord, para demostrar que este reto a nivel europeo no sólo no le asusta, sino que puede llevar a la Juventus a lo más alto del continente.
Fuente: The Guardian
