Si somos bienpensados concluiremos que el motivo por el cual Luís no lleva a Raúl es puramente deportivo; confío en él, no ha rendido como se esperaba y, por lo tanto, lo mejor es no seguir llevándolo (esa es la opinión que más le gusta a Luís, seguro) y fuera polémicas. Claro que, entonces, habría que preguntarse por qué ha esperado a estos dos partidos de la fase de clasificación para la Eurocopa para cercenarle la cabeza.
Siendo algo malvados (piensa mal y acertarás) yo creo que las causas de por qué no lo lleva ahora (cuando debió dejar de llevarlo hace tiempo) hay que buscarlas en otro sitio. Por un lado, Luís lucha denodadamente por aferrarse al cargo como a un clavo ardiendo pero las críticas tras la vergonzosa derrota en Irlanda arrecian por doquier y, claro, no es cuestión de presentarse con los mismos (once cabrones, como diría Toshack) a jugársela en Suecia. Por lo tanto, el bueno de Aragonés necesita hacer ver que toma decisiones y le da un giro a esto. Y qué mejor forma de demostrar que viene con nuevos bríos que cargarse al que hasta ahora era su protegido y desempeñaba no sé que rol (y tal).
Raúl es, simplemente, la cabeza de turco perfecta para seguir arañando algo de crédito de cara a la galería, máxime teniendo en cuenta su escaso rendimiento en el terreno de juego (que algo también influirá, digo yo) y el hecho de que, fuera de él y según todas las lenguas, tampoco es que contribuya tampoco demasiado a la unidad del vestuario (¿Por qué me acordaré yo ahora de la dedicatoria a Cañizares en el gol contra Túnez?).
En fín, Raúl seguramente no vuelva ya a la selección mientras que Luís pasará a la historia por ser quien lo retiró de la misma (como Clemente lo hizo por retirar a Michel) ahorrándole un gran trabajo (sucio) a su sucesor. Sólo hay que sentarse a esperar. Y digo yo ¿Villar para cuando?
