Aunque el famoso de los hermanos Machado fue Antonio, lo cierto es que fue una familia llena de escritores y gente relacionada con las artes. El segundo poeta más famoso de esta estirpe es Manuel, de cuya muerte se cumplieron ayer 65 años.
Junto con su hermano Antonio, Manuel escribió varias obras dramáticas de ambiente andaluz, entre las que destacan La Lola se va a los puertos, Juan de Mañara o Las adelfas. Posteriormente, con la llegada de la Guerra Civil, los destinos de esta familia se truncaron, ya que cada hermano escogió un bando y se enfrentaron políticamente. Así, mientras Antonio Machado emigró y murió en Colliure, Manuel Machado permaneció en Madrid y Burgos, donde fue muy aclamado por el régimen franquista.
Esto se debió, en gran parte, al poema que encomiaba las virtudes del dictador Francisco Franco, cuyo título fue Al sable del caudillo. Tras la contienda, manuel Machado fue director del Museo Municipal de Madrid y siguió escribiendo poesía religiosa y militar. De hecho, escribió grandes panegíricos o poesías de alabanza a grandes figuras del franquismo.
A pesar de las críticas que recibió posteriormente por los literatos, que lo consideraban un traidor del régimen, lo cierto es que su obra literaria es amplia e importante. Además, tuvo un gran papel como divulgador y renovador del flamenco y el cante jondo. El poeta escribió letras para coplas, seguirillas y soleás y creó una nueva variante de esta última a las que puso como nombre «soleariyas«.
Además, su poesía se distinguía de otras en que utilizaba palabras propias del dialecto andaluz y las escribía en cursiva, para resaltarlas y que se supiese que la palabra se escribía originalmente así en este dialecto.
Sin duda, Manuel Machado se convirtió en uno de los grandes poetas españoles del siglo XX y no hay más que ver su obra para comprobarlo. Es importante dejar de lado las ideologías políticas para apreciar la buena poesía, ya que de otra forma no podremos disfrutar, por completo, de la magnitud de los versos.