Tras lo de Quique no se si comprendo un poquito más, o un poquito menos a Juande Ramos. La fragilidad del puesto de entrenador y la necesidad de guardarse las espaldas. Pero a Ramos le han apoyado siempre en Sevilla, no como a Quique Flores en Valencia. Por qué si hay un club donde no reman todos en la misma dirección es el Valencia. Hay cinco frentes, Presidente, Secretaria técnica, Entrenador, Afición y Plantilla. El presidente entra en juego, por la impaciencia de la grada con el equipo, por la falta de coordinación entre la secretaria técnica y Quique. Pero no toma las riendas poniendo sosiego, rompe y se carga al entrenador, encima teniendo partido entre semana de Liga y ante el Real Madrid.
No es una defensa a ultranza de Quique. El mister ha tenido algunas decisiones controvertidas, como la destrucción de la figura del mediapunta por aprovechar las bandas; o la de usar a Machena o Albiol junto a Albelda formando un pivote ultradefensivo, incluso la creación del debate Hildebrand-Cañizares. En casa el equipo lo acusó, y perdió contra equipos que le contragolpearon rápido como Espanyol, Chelsea…mientras fuera funcionó a las mil maravillas hasta la última semana; que cayó en Noruega y Sevilla. Ahora a lavarse la cara rápido, buscar un sustituto, y lo más importante: que le dejen trabajar.
