Si la cosa funciona es la nueva perla del incansable Woody Allen, como siempre fiel a su cita anual con su público. Esta película supone dos cosas: la primera es la continuidad en su particular visión de las relaciones amorosas, y la segunda es que, para deleite de todos, vuelve a sus orígenes con una comedia de alta factura.
El maestro Allen ha vuelto a Manhattan, ha sacado el polvo de un guión de 1977, lo ha revisado y ha hecho una divertidísima e hilarante película sobre el amor; algo así como en Vicky Cristina Barcelona pero con su ingenioso y punzante sentido del humor.
En las historias varias que van surgiendo en Si la cosa funciona vale todo, por muy extremas e imposibles que parezcan las situaciones. Woody Allen saca su mejor repertorio de recursos para atrapar al espectador con sus delirios y sus retorcidas ideas, habla directamente con el público y, simplemente, invita a todo el mundo a participar de la broma, a acomodarse en la butaca, a soltarse de preocupaciones y a reírse con los protagonistas durante una aprovechadísima hora y media.
Y no hay más, sin pretenciones de hacer un peliculón ni de demostrar ser un genio, uno no puede objetar nada al metraje. Tiene un ritmo del todo inconstante, la trama se sucede a velocidad de vértigo y de golpe se para en un largo paréntesis. Y así varias veces. Y qué? Sólo se trata de unirse a la fiesta, de reírse y soltar un «no me jodas, hombre» de vez en cuando con una sonrisa en los labios.
De hecho, lo único que se echa en falta en esta película es a él, interpretándose a sí mismo. Esta vez lo hace Larry David, una gran estrella de la televisón estadounidense, y quizá sea el mejor alter ego de Woody Allen visto hasta ahora. Pero ya que volvemos a los orígenes, hubiera sido bonito ver al propio Allen aireando sus fobias, sus chistes sobre judíos, vivir sus romances insólitos, soltarnos sus pinceladas de sabiduría y, en definitiva, decirnos a su modo que a pesar de todos los males, que los hay, la vida es bonita y hay que disfrutar de ella con una sonrisa. Mientras la cosa funcione, claro.
